Las autoridades no pueden andarse con contemplaciones si en verdad quieren preservar el medio ambiente y los recursos naturales. El deterioro a que se ha llegado ha sido en gran medida por no asumirse las responsabilidades, además de la permisividad. Además de las depredaciones de las cuencas y los desmontes la ganadería sin control ni regulación figura entre los elementos que han afectado los recursos naturales.
El Ministerio de Medio Ambiente ha avanzado un paso importante con la resolución que limita a los paisajes de montañas, sierras y otras demarcaciones la crianza de ganado. De esa manera se procura también conservar el agua como recurso fundamental para la vida y mitigar los efectos del cambio climático.
La decisión establece el respeto a la integridad y la cobertura vegetal de las montañas desde la falda hasta la cima, tomando en cuenta que la ganadería no debe desarrollarse a costa de afectar la producción hídrica. Reconociendo que la ganadería es una actividad económica importante Medio Ambiente autoriza la actividad de forma regulada en los valles y llanuras entre montañas.
La medida es equilibrada toda vez que procura la preservación de los recursos naturales sin perjudicar una práctica de tanta incidencia en la producción como la ganadería. Pero no cabe la menor duda de que era tiempo de una medida que conceda la importancia que tiene el agua hasta para la existencia de los animales. No solo el hombre, sino que tampoco las reses subsistirían si el líquido se agota.

