Se termina el mes dedicado a informar sobre el cáncer de mama y recordando las cifras que circularon en los medios, podemos concluir que muchas cosas se han logrado, pero que muchas más constituyen un obstáculo para contener y erradicar una enfermedad de las mujeres, cuyos tratamientos son para la mayoría de las dominicanas, inaccesibles.
Si bien en el país no existe un registro general sobre el cáncer en general, sus variedades y manifestaciones, hay cifras institucionales que en estos días nos dan una idea de cuál es la magnitud de esta enfermedad que representa el 35% de los tumores malignos del país y la primera causa de cáncer en las dominicanas.
Además, sabemos que entre el 20% y el 30% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama, tienen antecedentes familiares y que, actualmente, este tipo de cáncer está incidiendo en mujeres jóvenes, con más de 20% en mujeres de menos de 35 años de edad. Nuestro país ha avanzado mucho en el diagnóstico y en el tratamiento, pero este último, no está al alcance de todas las mujeres y un número considerable de dominicanas -ojalá se contaran- sucumben por falta de recursos.
En el caso de las mujeres víctimas de violencia basada en el género, sobre todo en el ámbito de una relación de pareja, el estrés asociado a la súper vigilancia del agresor y la permanencia en un círculo de violencia, terminan frecuentemente en enfermedades serias y entre ellas, el cáncer.
Hay teorías que asocian los hematomas por golpes en los senos, con el cáncer de mama como consecuencia, debido a los cambios traumáticos de los tejidos de las mamas.
En el Núcleo de Apoyo a la Mujer, NAM, en Santiago, que trabaja con mujeres sobrevivientes de violencia basada en el género, esa es la percepción que fue manifestada a la gerencia Seguro Nacional de Salud (SeNaSa), quien desde mayo del mes pasado, apoya procesos de salud a estudios médicos de prevención a casos vinculados a cáncer Cervico-uterino, de mamas, en sus analíticas y medios de diagnóstico, así como en sus tratamientos.
Desde mayo hasta septiembre, 33 mujeres sobrevientes fueron apoyadas en sus procesos de enfermedad, con medicinas, consultas y alimentos, gracias a este acuerdo.
Un ejemplo de política pública de género de SeNaSa, mostrando que la redistribución de recursos no necesita los millones de «Chanflan». Y un buen momento para resaltar una intervención desde el Estado como Plan Piloto que, ojalá se replique en todos los puntos de recepción de mujeres víctimas de violencia machista en el país.
Por: Susi Pola susipola@gmail.com