Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

CARTAS DE LOS LECTORES

 Señor director:

El comportamiento humano es tan variable que todos tendemos a captar solo la apariencia. Como prueba de ello, afirmo que los que escuchamos y leemos las opiniones de Humberto Salazar, a quien le reconozco el don del discurso fluido y claro, además de no dejar rastro de ser un estulto, y con apariencia de bien enterado de lo que dice, quedamos con nuestra apreciación sobre él bastante embadurnada, cuando dijo que el ministro José Ramón Peralta debía aclarar si era cierto el chisme político que circulaba de que él era el azuzador de la campaña negativa contra Leonel Fernández.

Me extrañó que un político de su nivel, y a quien ni siquiera sus adversarios juzgan de insensato, endosara o aparentara endosar, la vulgaridad de que un funcionario que despacha continuamente con el jefe del Estado, y por demás miembro de la cúpula del Partido en el Poder, es el cerebro de las habladurías y veneno que nuestros adversarios difunden todos los días contra el presidente del PLD. El buen amigo Salazar no percibió que al decir lo que dijo imitó al jugador de dados que apuesta su hacienda y hasta la camisa porque supone que al tener los dados cargados, no hay manera de que el cubileteo de los mismos impida que no caigan dos seises.

No creo que el doctor Salazar ignore que quien ocupa una posición importante en el Estado, como era su caso, tiene que demostrar dos clases de capacidades: 1) capacidad para demostrar que ha aprendido las interioridades evidentes y sutiles de la jefatura del Estado, y 2) capacidad reflexiva consciente sobre tacto y buen juicio para evitar la insinuación o mala interpretación acerca de no poner en duda la competencia del Presidente de la República, ya que nadie puede suponer que éste es tan torpe que tolera que el presidente de su propio Partido sea zarandeado por gente que se mueve al lado suyo. Pues se podría creer que quien ordena lanzar un chorro de lodo sobre Leonel es el mismo presidente Medina, lo cual caería en la frontera de lo absurdo.

Parecería que Salazar, lo mismo que otras personas allegadas al Gobierno, desconocen que generalmente los jefes de Estado tienen bajo la solapa de sus chaquetas dos códigos mentales distintos para interactuar con sus colaboradores. El primero se relaciona con un atributo espacial dirigido a impedir que el imaginario popular piense que tal funcionario está tan cerca del Presidente que podría manipularlo libremente. El segundo es el código de la imagen y el símbolo. Quien simboliza y representa el Poder de un Estado no puede aceptar que nadie cotillee en sus oídos.

 

Atentamente,

Dr. Pedro Mendoza

Santiago

El Nacional

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