Completivo esencial
Señor director:
Como ya es habitual, el 27 de Febrero los presidentes dominicanos hacen una rendición de cuentas sobre las ejecutorias del año en curso, o también al cumplir el tiempo del período de cuatro años para el cual fueron elegidos. Esta rendición de cuentas incluye ejecuciones presupuestarias de cortes sociales, económicas, y demás, conforme lo que establece la Constitución de la República en el Artículo 114.
En este 172 aniversario de la Independencia Nacional la pieza oratoria del Presidente Danilo Medina no tuvo, en mi percepción, connotaciones distintas a las de otros discursos: maximización de los logros, y a la minimización de los efectos de ciertas situaciones que tienen flagelada y exasperada a la gente. Ya la conciencia colectiva está habituada a ese esquema, y da por seguro que no habrá variación sustancial; pero sea como sea, el discurso del presidente es una fuente nutricia para la oposición, y para aquellos /as que siempre defenderán al presidente.
Vale la pena subrayar dos aspectos del discurso que no deben pasar desapercibidos. El presidente, refiriéndose a los progresos de su ejecutoria, dijo que muchos países “nos envidian”, y en otro momento, siguiendo ese mismo hilo conductor, dijo que nosotros debemos “felicitarnos”. Estas dos consideraciones debían ser sometidas a la prueba de la veracidad profunda para que no resulten burlesca al oído y osada a la razón. Sin embargo, este asunto, con todo y la importancia debida, resulta insignificante frente a lo que debió ser la parte medular de su discurso: la migración haitiana en el centro del ultraje a la soberanía y dignidad nacional.
Cuando Cristina Lizardo, Presidenta del Senado, pronunció su discurso, provocó en el auditorio efusivos aplausos. Ella dijo “nos dieron un país libre, soberano e independiente. Son un modelo a los que hay que seguir, y a ellos nos inclinamos reverentes”. Cristina caracterizó al gobierno haitiano de los 22 años de ocupación, diciendo de este que “La epopeya del 1844 puso fin a 22 años en que toda la isla estuvo dominada por el horror, la vergüenza de un gobierno abusivo, usurpador e ignominioso”. Al escuchar estas palabras, pensé que eran un preámbulo de lo que, en su momento, diría el Presidente Medina, pero no fue así.
La Senadora reseñó, además, el comportamiento de la heroína, María Trinidad Sánchez, quien antes de ser fusilada (al cumplirse un año de la Independencia) dijo” Cúmplase tu voluntad, y sálvese la República”.
Atentamente
Melania Emeterio R.