Cartas de los lectores

Merolin y Mercedes

Señor director:
Merolin Mercedes Cordero (hermosa niña de 9 años) violada por el depredador sexual, Misael Abraham Castro, y no conforme con violarla, la estranguló y la tiró a la playa de Guayacanes, y a muchísimos nos dolió leer en el periódico Hoy (29-03-2016) “Familia dice asesino de niña Merolin acosaba a menores” y atónitos hacemos preguntas no capciosas: ¿ por qué luego de ese crimen tan espeluznante, familiares y vecinos admiten ser conocedores del acoso frecuente de esa bestia a niñas de esa comunidad?, ¿cómo es posible que familiares y vecinos no pudieran aunar esfuerzos para controlar los desmanes de esa bestia? ¿Por qué será que más gentes de las que podamos imaginar se hacen ignorar que los seres más vulnerables de las sociedades son los niños, niñas y adolescentes? Hoy más que nunca antes, padres y madres deberíamos tener en cuenta estos sinónimos de cuidar: atender, mirar, hacer caso, defender y custodiar, son indispensables para salvaguardar la integridad física y emocional de esas importantísimas criaturas.
Nadie en su sano juicio, debería hacerse cómplice con su silencio de los abusos sexuales y asesinatos, que cometen adultos y viejos libidinosos, estos viven buscando menores, generalmente en los barrios pobres, las violan y a veces cargan con ellas e “ignoran” que por razones obvias sus relaciones con estas serán como la Independencia Efímera.

Y las matan cuando deciden dejarlos y los mismos les pasa a las niñas y niños cuando rechazan el hostigamiento de los depredadores. Duele saber que familiares, conocidos y autoridades sabedoras del pésimo accionar de estos sádicos, entienden que lamentándose resolverán, a sabiendas de que es prevención lo que se requiere, máxime porque “después del palo dado ni Dios lo quita”.
Como los violadores son padres, padrastros, tíos, primos, abuelos y vecinos, y cada vez más crecen, los cabezas de familias deben tener ojo avizor, y cuando tengan pruebas de que alguien de los aludidos está hostigando a un niño, niña o adolescente reúnanse parientes y vecinos, y denúncienlo, y si la justicia (permisiva sin parangón y peor del mundo) no funciona, entonces declaren al hostigador no grato y sáquenlo de la comunidad.Hacer eso es más factible que hacerse de la vista gorda con quienes son violadores y psicópatas, pues sin un ápice de piedad a sus víctimas las mandan al más allá.
Quizás a Misael le canten 30 años por la violación, pero como esa pena nadie la cumple saldrá joven con libido y fuerza, para seguir violando y matando.
Atentamente,
Teresa Gómez