Superintendencia Seguros
Señor director:
Permítanos por vías de tan digno medio de comunicación dirigirnos al señor ministro de Estado encargado de la Superintendencia de Seguros, quien gentilmente nos extendió licencia de agente de seguros generales No. 25-32, la cual nos faculta vender y cobrar los productos en todo el país.
Propicia es la ocasión para solicitarle interponga sus buenos oficios ante el dueño de la aseguradora para si es posible luego de cincuenta años trabajando allí como agente cautivo, “hoy con ochenta de edad”; nos deje trabajar con tranquilidad “sin bloqueos administrativos y que elimine la cruel mordaza nos impuso pues , “dio instrucciones a la recepcionista para que no nos pase llamadas desde mi escritorio dentro ni fuera del país para clientes asegurados bajo mi intervención lo cual conlleva las comisiones bajen a menos de veinte mil pesos mensual.
Señor superintendente, tras las maldades expuestas buscando me vaya a casa con los bolsillos vacios “se evidencia una clara destitución” y, para reparar el daño el dueño de la aseguradora está en la obligación de otorgarme la… indemnización que hemos venido solicitando sustentada en el Art.224 y su párrafo Ley 146-02: Que conste allí no tengo vacaciones, liquidación ni pensión.
Atentamente,
Derqui Martínez
Por qué no bajan
Señor director:
En las últimas semanas los mercados han estado abarrotados de productos agrícolas como plátanos, guineos, yuca, batata, chinolas, naranjas, y otros que se venden a excelentes precios. En los mercados se consiguen plátanos hasta tres pesos la unidad, papa a seis y siete pesos la libra, huevos a tres pesos la unidad.
Lo mismo ocurre en las guagüitas que circulan por toda la ciudad, que venden productos a bajos precios, pero cuando usted va a un colmado o a un supermercado, los plátanos están hasta diez pesos la unidad, los huevos a siete pesos.
Nos preguntamos ¿por qué un producto tiene precios tan diferentes en una extensión de varias cuadras, en la comercialización del mismo no intervienen cuestiones extraordinarias como la distancia, la refrigeración o cualquier otra?
¿Es que acaso los comerciante son tan abusadores y agiotistas que prefieren perder un producto antes que venderlo a un precio justo?
Atentamente,
Rosaura Castillo Brenes