Trampas electorales 1 de 2
La política dominicana se ha nutrido de otras experiencias, por lo que se replicó aquí “Vergüenza contra dinero” (1962), lema del Partido Ortodoxo cubano (1947); el símbolo del “Jacho prendío”, inspirado en la Marcha de las antorchas, tras el asesinato en Colombia de Jorge Eliécer Gaitán (9 de abril, 1948).
La hoz y el martillo, emblema de la unidad obrero-campesina europea, levantado por los comunistas; ¡A la carga!, del colombiano Carlos Arango Vélez y a la que Joaquín Balaguer le agregó: “Reformistas”.
Completó la consigna con: “¡A pasos de vencedores!”, orden dada por el general José María Córdoba a su división durante la Batalla de Ayacucho en Perú (1824), durante la guerra de independencia.
“Hacer lo que nunca hicimos, corregir lo que hicimos mal y continuar lo que hicimos bien”, usada en la campaña electoral de la derecha salvadoreña (2012), representada por Norman Noel Quijano González.
Pero, además, la práctica del “clientelismo” para comprar votos, y a cuyos activistas pagados para esa práctica se le conoció en Cuba, antes del triunfo de la Revolución (1959), como “sargentos políticos”.
Compra de traidores, votos y cédulas; dislocación de votantes, falsificación de actas y voto-cadena son algunas de las “armas mortíferas”, copiadas de otros países por el oficialismo para usarlas contra la oposición.
En este tramo, hasta el 15 de mayo, se pondrá en marcha todo eso y mucho más. Los recursos públicos seguirán siendo usados impunemente contra los opositores, ante los ojos de la JCE, TSE y de todos nosotros.
Y las “bocinas” a sueldos, financiadas con el erario, se amplificarán con más intensidad a través de los medios de comunicación para desvirtuar la realidad, mentir, confundir… como parte del “fraude colosal”.