Editorial

Cirugía mayor

Cirugía mayor

Cada vez que las autoridades sienten tener el agua al cuello ante el auge de la delincuencia, apelan a la fórmula mágica de que personal militar refuerce a la Policía en el patrullaje en barrios y zonas de mayor incidencia de la criminalidad, sin reparar que de tanto usarlo, la enfermedad se vuelve inmune a ese remedio.

Los jefes del Ejército, José Eugenio Matos de la Cruz y de la Policía, Manuel Castro Castillo, anuncian que de nuevo guardias y agentes serán ubicados en lo que definen como zonas de cierta vulnerabilidad, donde ocurren mayor número de asaltos, atracos y operan bandas de delincuentes.

Siempre resulta de alivio que patrullas mixtas resguarden la seguridad ciudadana, pero es menester advertir que no es remedio infalible ante un flagelo de múltiples aristas, que requiere ser abordado en el tuétano de sus causales.

La verdad es que la incidencia de crímenes y delitos ha explosionado en las últimas semanas, aunque el jefe de la Policía insiste en señalar que las estadísticas marcan un descenso de la criminalidad, que si así fuera no sería necesario integrar militares al patrullaje.

El general Matos de la Cruz ha dicho que las planas mayores del Ejército y Policía coordinarán en forma directa las acciones que se aplicarán a nivel nacional para afrontar el auge de la delincuencia, iniciativa positiva, visto el agravamiento de la situación de inseguridad colectiva.

Para desalojar a los delincuentes de las calles se requiere del diseño y ejecución de un plan multisectorial, muy bien coordinado, en el que participen también autoridades civiles, como el Ministerio de Interior, el Ministerio Público e instituciones relacionadas con la educación, promoción de empleo y combate a la pobreza.

Es imperativo que se rompa el círculo vicioso basado en el uso de patrullaje intensivo de militares y policías cuando la delincuencia rompe fuente, porque -se repite -el virus se hace inmune a esa medicina que se sirve en dosis excesivas, por lo que se corre el riesgo de que el remedio sea peor que la enfermedad.

La asistencia del Ejército de la República en labores de prevención y combate contra la delincuencia y la criminalidad siempre es bienvenida, pero es menester advertir que esa intervención sólo tiene efecto de calmante por lo que se requiere de una cirugía mayor para poder extirpar ese cáncer.

El Nacional

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