Tengo un amigo que estudió 17 carreras técnicas, en todas las Academias de las Fuerzas Armadas. Es nuestro electricista, plomero, carpintero, y mecánico, lo cual lo lleva a definirse como “hacedor del mundo”.

Su historia es muy particular y por eso tiene relación con el tema de la clase media, porque ese amigo es hijo de un capitán de la policía, quien determinó que debía estudiar todas esas profesiones.

Por qué? Porque ese capitán de la policía había percibido la rebeldía innata de su hijo y temía que su “cabeza caliente” lo incitara a delinquir, hacerse miembro de una banda barrial, o el tráfico de drogas. Ingenuamente creía que mantenerlo ocupado era la mejor solución, de ahí la multiplicidad de entrenamientos.

Comprobando la futilidad de sus esfuerzos hizo lo impensable. Se acercó a un compañero nuestro que es famoso por su bonhomía, seriedad, y fraternidad, y le dijo: “Quiero que metas a mi hijo a comunista, en un Partido Comunista”.

Pensando que el capitán le estaba “tirando un gancho”, nuestro perplejo amigo lo interrogó: Que usted quiere que meta a su hijo a comunista? Y la respuesta del entonces Capitan fue contundente: “Sólo una ideologia como la de ustedes puede salvar a este muchacho”…y ciertamente lo salvó.

Hoy, el “hacedor del mundo” es un hombre de trabajo, amoroso padre de familia y militante disciplinado de su organización política. Hoy, orienta a la juventud sobre su caso particular y les dice: “O ustedes se arman con las ideas que ha desarrollado lo mejor de la humanidad, o no sobrevivirán en ningun plano”.

Este sociólogo empírico (es decir, un hombre que basa sus ideas en sus experiencias), entendió con suma claridad y naturalidad lo que nos ha llevado años de decantamiento intelectual, pasando de la militancia católica, el misticismo de Jacques y Raisa Maritain, el existencialismo Cristiano de Gabriel Marcel, la Fenomenología de Theilard de Chardin, laTeología de la Liberación, (con Camilo Torres); el descubrimiento de Carlos Marx, único intelectual que ha aportado a la humanidad un método para entender como se estructuraron las sociedades en clases antagónicas; y al Socialismo como ideología alternativa al horror de un sistema que por haberse basado en la esclavitud y el colonialismo, y hoy en el neo-colonialismo, no es una alternativa para nuestros países.

Esta declaración, que horrorizaría a mi abuelo y no tanto a mi madre, es la que estoy compartiendo con ustedes, esperanzada en contribuir a saciar el hambre de orientación y formación de la juventud que, como decía Borges, hoy se desperdicia en los jóvenes.

Ojalá y estas palabras ayuden a prevenir el desperdicio de vida en quienes descansa el futuro quisqueyano, y aprendamos del capitán como hacerlo.