Burla en narices

Que unas 10 empresas no hayan cumplido con el pago del salario mínimo en el sector privado no sectorizado es, más que una violación de la ley, una burla en las narices de las propias autoridades.

En modo alguno podía pensarse que el principio de autoridad estaba tan resquebrajado al punto de que según la Confederación Nacional de la Unidad Sindical (CNUS) algunas firmas no hayan acatado la decisión del Comité Nacional de Salarios.

Para conseguirse un aumento de un 14% hubo que realizar durante largo tiempo tensas rondas de negociaciones.

Una cosa es que haya empleadores en desacuerdo con que el aumento se acordara sin que se cumpliera con la reclasificación empresarial, pero otra muy distinta el desacato de que se ha dado cuenta. En una economía con cuyo crecimiento se ha identificado y aplaudido el sector empresarial no es para que haya firmas que renieguen de aplicar un alza salarial que ni siquiera satisface las necesidades del trabajador.

Desafiadas como están, las autoridades tienen que buscar la manera de que siquiera se respeten las leyes laborales. Así por lo menos evitan que se sospeche algún tipo de complicidad.