Atmósfera sobrecargada
Las calles de Puerto Príncipe han vuelto a convertirse en escenario de violentas protestas en demanda de la renuncia del presidente Jovenel Moïse, a quien además de incompetente para encarar la crisis económica de la nación lo acusan de estar vinculado a la corrupción de Petrocaribe.
El incendio de neumáticos, escombros de vehículos y la confrontación con la Policía suelen caracterizar las movilizaciones que por lo regular se saldan con muertos y heridos. En estos días la docencia, el comercio, el transporte y los servicios públicos se han reducido a su mínima expresión a causa de la tensión provocada por las protestas, que también tienen como motivo el desabastecimiento de combustible.
La violencia no ha escapado ni siquiera a la sede del Parlamento, donde se han registrado incidentes que evidencian el profundo malestar que se vive en la vecina República.
El Presidente ha reiterado que no dejará el cargo, en tanto la comunidad internacional promueve un difícil consenso para garantizar la gobernabilidad en la convulsionada nación.
Independientemente de lo que ocurra los acontecimientos en Haití no dejan de llamar la atención por estos predios.