Incógnita en incendio.-
La humareda que a 12 días del incendio emana del vertedero de Haina no solo plantea las dificultades para lidiar con el siniestro, sino que relega una incógnita en torno al origen del desastre ambiental.
De la basura, a pesar de lo sucio que es el negocio, viven tanto los buzos que escarban en los desperdicios en busca de elementos valiosos como muchas otras personas.
Al detectarse el siniestro el alcalde de Haina, Osvaldo Rodríguez, no tardó en atribuirlo a manos criminales. La sospecha incrementa las razones para que las autoridades traten de establecer responsabilidades sobre los frecuentes incendios en los depósitos de desperdicios.
Por aquí se ve de todo, tanto así que en múltiples ocasiones se han denunciado incluso incendios con el propósito de justificar decisiones municipales. El de Haina, en torno al cual el alcalde también se ha quejado de la poca colaboración del sector empresarial para extinguirlo, es otro capítulo que se repite de una larga de serie de fuegos que no se sabe si han sido investigados con el rigor que ameritan. De más está recordar que las consecuencias de los fenómenos las sufre la población a través de enfermedades.