Las comedias del cine
Cada vez que escucho a alguien considerando que “el cine dominicano” es tal o cual cosa, sonrío para mis adentros. Cuando no existía la Ley Nacional de Cine, era dable intentar englobar lo que se hacía (labor incluso de escaso éxito por la diversidad de géneros y estilos que ya se perfilaban, teniendo en cuenta que como se producía Pasaje de Ida y una comedia que desternillo de risas, tal cual era Nueva Yol).
Cuando entra en 2010, en vigencia la Ley Nacional de Cine, la producción de multiplica exponencialmente, trayendo a pantallas una diversidad que incluye creatividad, esquemas repetidos, genialidad visual, textos de guiones que oscilan entre los previsible y lo desgarradoramente originales. Uno de esos géneros, el más cultivado, el de la comedia, a la que muchos críticos y comentarista cuestionan o condenan por ser “comerciales”. ¿Hay alguna película destinada al público que no sea comercial? No la hay. Es injusto utilizar el término comercial, como sinónimo de un hándicap o deficiencia.
Cierto que muchas de ellas requieren mayor creatividad en sus guiones, mayor participación de personal profesional de la actuación y finalmente renunciar a la dependencia que tienen de figuras televisivas populares, para valer por ellas mismas, pero es parte de un proceso que se ha dado en todos los países que inician su vida en el cine, tal cual es el nuestro.
Condenar la comedia como género, equivale a rechazar a Chaplin como cómico que crea las precedencias históricas.
Actualmente se exhibe con éxito El que mucho abarca y ya se anuncia un experimento novedoso de Francisco Disla (El Indio): Un lío en dólares que se estrena el jueves próximo, con un enfoque diferenciado, un cromatismo tipo comic, personajes que traen a la mente los estilos de Tim Burton y la imaginería del Almodóvar inolvidable.
Actualmente se ruedan No Hay Mas Remedio (Pinky Pintor con actores académicos) y Los Paracaidistas (Archie López), que ofrecen novedad al género.

