Punto de reinicio
La enorme ventaja de las crisis, es que no son, ni pueden ser eternas. La gran oportunidad de toda crisis (pandemia o no) es el caudal de experiencias y enseñanzas que nos aportan.
Lo importante de toda crisis o emergencia es que nos pone a prueba, rastreo del cual nos corresponde salir fortalecidos, en las condiciones en que no sospechábamos podríamos llegar a tener.
La emergencia sanitaria que trae el coronavirus, covid-19, que no ha pasado y mucho temo que va a quedarse por años entre las comunidades y países, tiene una dimensión de fortalecimiento del espíritu humano que poca gente ha percibido.
La covid-19 nos ha mostrado la capacidad de la resistencia humana, la actitud que hace falta tener para soportar el aislamiento, las cuarentenas, las exigencias de protocolos y rituales, la creatividad para reencontrarse con la familia y las amistades de formas nuevas.
La covid-19 nos está dejando probablemente la más rica experiencia en los métodos de trabajo, relación social y familiar: la vía digital.
La pandemia nos ha mostrado el valor de esas personas especiales por ser expresión del arte, y que tuvimos que despedir en silencio y cuarentenas.
El comunitario digital ha extendido nuestras formas de trabajo, nuestra forma de reuniones familiares, nuestras jornadas de intercambio con grupos de amigos o de intereses comunes.
La enorme ventaja del periodo especial, que aún no ha terminado, en sus expresiones más dramáticas, que sigue cobrando al día de hoy vidas y salud de mucha gente en el país y el mundo, es que representa un punto de inicio.
Ha sido, sigue y seguirá siendo, un punto de inicio. Y se ha transformado en una referencia para exponernos a los desafíos colectivos más desafiantes.
Estamos entonces, en un importante punto de inicio.
Por: José Rafael Sosa