Por Cristian Hernández
Pretendo hacer un homenaje al que me parece, hoy día, el caricaturista de mayor acierto gráfico/social, mayor creatividad cotidiana para producir la caricatura editorial tanto de El Nacional, en la que se adapta a una útil modalidad de descriptiva ilustración y en el gratuito El Día, en el cual eclosiona cada día con soluciones expresivas que dan en la conciencia de la gente, cumpliendo en esos dos medios impresos el rol de maestro instantáneo, de recreador del instante, de proclamación del compromiso social, todo en unos dibujos que son buscados y consumidos a diario por miles de personas que reaccionan aplaudiéndole desde las redes sociales.
El término caricatura hay que rastrearlo en Bolonia, Italia, hacia el siglo XVI, cuando Aníbal Carracci acuña “caricare” para hacer referencia a las representaciones que él y otros artistas realizaban para el momento, otorgándole el significado de “cargar”, “exagerar” o “deformar”.
La caricatura es un subgénero del periodismo de opinión que congrega al mismo tiempo: la capacidad de fijar opinión sobre un tema, personaje o situación de interés general y lograrlo con una idea gráfica que se percibe en segundos a un golpe de vista, a pesar de las horas que demanda.
El caricaturista se apoya en su capacidad de deformaciones satíricas irónicas y analogías. La suya es la representación de la personalidad del compromiso social libertario. No hay caricaturistas exitosos de derechas. Por su naturaleza popular, el creador de las caricaturas tiene que ser, por definición, un relator de las luchas y sueños de la gente.
En República Dominicana la caricatura ha tenido sus figuras esenciales, entre quienes se destacan Miche Medina (EPD), Harold Priego (EPD), el que con mayor intensidad explotó la mercadotecnia de su arte; Alani Jiménez Pereyra (Alani J), el más rápido del mundo; Jarul, todo un fenómeno de creatividad; Mercader, el artista plástico que modificó las bases estéticas de esta expresión artística; Poteleche, centrado en sus figuras humanas basadas en sus facciones circulares y que ha dejado su huella como ilustrador de muros urbanos.
Hay que agregar otros artistas que llenaron épocas: David Romero, David Morales y Teddy Peguero (Cachafú) y el gran maestro de la caricatura de El Nacional desde su fundación hasta mucho tiempo después, Roger Estévez.