La alegría total
CANNES. Riviera Francesa. Este hombre sin dudas especial, limitadas al punto de solo poder mover la cabeza, (parapléjico), es el termino ortopédico) era el único ser humano, capaz de sonreír de esta forma de entre los cientos y cientos de caminantes desde, hacia y en torno al Festival de Cine de Cannes, en el Bouvevard La Croisette, corazón vivo de Cannes.
Una alegría plena, total, contagiante, porque si, porque se alegra de estar vivo, de ser ejemplo, de constituir un testimonio sobre la relatividad de las circunstancias.
Este hombre se paseaba junto a otros compañeros de condición en torno al Palais en que se desarrolla del Festival de Cannes, acogido por una ciudad que no conoce discrimen por condición física, mental, social, política o de raza.
Una alegría plena como norma para quienes vivimos hervidos en pequeñas pasiones sin sentido, en creencias que atan el pensamiento o sentimientos que nos secuestran el pensamiento. El tiene cuanto debía premiarnos: una alegría total.