El asalto de un comando armado en una cárcel de Haití para liberar a un reo acusado de secuestro y a todos los presos albergados en ese recinto, constituye un suceso sintomático de un profundo deterioro del clima de seguridad en ese país, que debería preocupar a las autoridades dominicanas.
Las autoridades haitianas aún no logran reapresar a 320 de los 329 reclusos que escaparon de la cárcel de Croix des Bouquets, incluido al empresario Clifford Brandt, acusado de encabezar una banda de secuestradores, por lo que se teme que los fugados intenten cruzar la frontera.
El ministro de Defensa, almirante Sigfrido Pared Pérez, informó que el Ejército aplicó medidas especiales de control y vigilancia fronteriza para frustrar cualquier intento de ingreso a territorio nacional de miembros del comando armado o de cualquiera de los presos que se escaparon del recinto asaltado.
Centenares de presos escaparon de cárceles haitianas en 2010 cuando un terremoto destruyó gran parte de Puerto Príncipe, muchos de los cuales lograron cruzar la frontera y aún son buscados por autoridades dominicanas para ser repatriados.
Aunque se ha dicho que el objetivo del ataque a esa cárcel haitiana fue liberar a Brandt, hijo del reconocido empresario Fritz Brandt, lo cierto es que el supuesto pandillero anda protegido por un comando armado con evidente intención de enfrentar a la policía haitiana que lo persigue.
Ejército, personal de Migración y de Aduanas están compelidos a redoblar vigilancia y control en todos los puntos de entrada y a lo largo de los más de 350 kilómetros de frontera terrestre para impedir que esa horda de delincuentes penetre a República Dominicana.
Las medidas excepcionales anunciadas por el ministro de Defensa para salvaguardar la seguridad fronteriza deberían de prolongarse por tiempo indefinido, en razón del evidente incremento de delincuencia y criminalidad en el lado haitiano, lo que se traduce en mayor peligro o riesgo de tráfico de armas, drogas y personas por la zona fronteriza.
Ojalá que la Policía de Haití logre dar con el paradero de los 329 fugados de la cárcel de Croix des Bouquets, en especial del peligroso grupo armado, integrado por unos 19 sicarios, ninguno de los cuales debe poner un pie en suelo dominicano.