Carta de los Lectores

¡Con que casa presidencial!

¡Con que casa presidencial!

El 2 de agosto de 2005 el presidente Leonel Fernández inauguró el moderno edificio que aloja la sede central de la Dirección General de Aduanas (DGA), en la avenida Abraham Lincoln, en la capital dominicana. 

Antes de mudarse al amplio y moderno edificio que ocupa hoy, Aduanas operaba en la avenida San Martín, dividiéndose esa edificación con la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).

Las crónicas históricas señalan que la primera sede de Aduanas funcionó en Las Reales Atarazanas (ahora hay un museo que lleva el mismo nombre en la Zona Colonial). Llegaban las mercancías desde España, Francia, Inglaterra y otras potencias; luego se comercializaba en la isla y en naciones vecinas.

La otra sede de Aduanas estaba ubicada en los terrenos que ocupa hoy el Palacio Presidencial. A la salida del país de las tropas norteamericanas (1916-1924), el presidente Horacio Vásquez la convirtió en la “Mansión Presidencial”.

 Vásquez ordenó que la sede de Aduanas se trasladara a la que había sido la suntuosa casa del dictador Ulises Heureau (Lilís). Hoy funciona allí la “Casa de las Academias”, o sea, la academia de Historia, Medicina y La Lengua, en la calle Las Mercedes número 204, en la Zona Colonial de Santo Domingo.

  Su historia: Una crónica del blog “Zona Colonial” explica que la Casa de Lilís fue construida por José María Gautier, ministro del presidente Heureaux, para su residencia familiar.  La suntuosa mansión despertó “sospechas” en el dictador, quien con ironía le comentó a éste: ¡Con qué casa presidencial! A lo que Gautier, consciente de la siniestra intención del comentario, le contestó de inmediato: Es para usted señor Presidente. Y así de rápido pasó a propiedad del dictador Heureaux. La fachada de la Casa de Lilís tiene una de las galerías más grandes de la Zona Colonial, construida con balaustres curvos de metal.

En el interior, sobre la parte superior del muro hay un arco grueso de ladrillos incrustados muy curioso, con pared de mampostería, formando una entrada arqueada y amplia al vestíbulo, por donde se cruza a la galería del primer nivel. Allí encontramos una arquería que también se repite en el nivel superior, con tres arcos de piedras talladas. Al fondo encontramos otra arcada, toda enladrillada con la distinción de que la forma de las columnas es octogonal.

Roberto Valenzuela

El Nacional

La Voz de Todos