La prevención y control del virus del Ebola se ha convertido en tarea de altísima seguridad sanitaria a nivel mundial, más aun al conocerse que en Estados Unidos y España se han producido contagios a causa de inobservancia en los protocolos que se aplican a personas con alto riesgo de contaminación.

El presidente Barack Obama admitió que hubo negligencia un caso de contagio de un ciudadano que arribó al aeropuerto de Texas desde Liberia, África, lo que ha motivado que se declare un programa preventivo de emergencia que abarcará todo el territorio de la Unión Americana.

Lo mismo ocurrió con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien ante el episodio de una enfermera infectada después de atender un paciente con el virus, ha admitido fallas en el sistema de emergencia sanitaria y anunció medidas excepcionales para impedir la expansión de esa letal enfermedad.

Los pelos se ponen de punta con solo pensar las consecuencias que acarrearía aquí una emergencia sanitaria como las acaecidas en Estados Unidos y España, donde a pesar de la disponibilidad de equipos y personal para afrontar ese tipo de situaciones, se produjeron contagios y riesgo de propagación del virus del Ebola.

Ojalá que el Ministerio de Salud Publica active de manera eficiente y permanente todos los dispositivos de prevención y emergencia en puertos, aeropuertos y zona fronteriza para evitar la penetración de una enfermedad de efectos catastróficos en términos de contagio y mortandad.

Otra tragedia

Un camión cargado de arena mal estacionado en la carretera Higüey-Bávaro fue la causa de un trágico accidente de tránsito con saldo de al menos ocho muertos y más de 30 heridos, al colisionar el autobús en que viajaban contra ese vehículo pesado.
La mayoría de los 56 pasajeros que iban en la guagua se dirigían hacia sus lugares de trabajo en hoteles del complejo turístico de Bávaro, pero por una imprudencia imputada al conductor del camión que estacionó el aparato en la vía sin colocar señales de aviso o peligro, se produjo tan lamentable suceso.

De nuevo se reclama de las autoridades mayor vigilancia en autopistas y carreteras convertidas en camino de muerte a causa de constante imprudencia, temeridad o violaciones flagrantes a la Ley de Tránsito.