Hay un país en el mundo 4 de 4
Paréntesis II (desde los versos ciento veintiuno al ciento treinta y seis), constituye una preparación para la Canción deliciosa de los ingenios de azúcar y de alcohol (versos ciento treinta y cinco al ciento treinta y seis, médula indiscutible del poema). Canción II (desde los versos ciento treinta y siete al ciento setenta y cuatro, construidos como referencia litúrgica a una connotación de júbilo religioso, dejando a un lado el pareado de cifrado simple, pero capaz de de codificarse fácilmente.
Mir sabe que la esencia del mensaje no debe complicarse con una materia verbal yuxtapuesta y recurre al arma curial del aleluya para posibilitar una señalización de la acumulación originaria: ‘’Son del ingenio’’; es decir, del dueño absoluto de la explotación.
Paréntesis III (desde el verso ciento setenta y cinco al doscientos dieciocho), que parece enmarcado en una visible crisis de inspiración pero que en realidad es sólo un anticlímax para preservar al auditorio y lectores la continuidad de la contradicción de clase, fuera del marco específico del ingenio, que Mir envuelve en la metáfora de “un día luminoso [que] despierta en las espaldas de repente”.
Este Paréntesis III posibilita la expectación en la yunta reconciliatoria del dolor rural y urbano, implicando como presas del silencio a “las ciudades llenas de abogados que no son más que nieblas [y también] silencio”, sentencia muy directa hacia los productores de objetos poemáticos contemporáneos y a los poetas emergidos en la llamada Generación del 48, de los cuales Mir con seguridad tendría noticias en La Habana (Mir se exilió en 1947).
Canción III (versos doscientos diecinueve al doscientos cuarenta y ocho, representados por dos sonetos construidos perfectamente, donde el poeta sumerge el discurso —tocado de la mano por Lorca— en su propio testimonio: “Hay un hombre de pie en los engranajes / desterrado en su tierra…” (p. 14), referentes a la enajenación del obrero por la pérdida de conciencia y convertido en productor de una mercancía que lo enajena, mientras enriquece a quien lo explota.
En el segundo soneto de Canción III, Mir condiciona la lucha social con la entrada de un proletariado concienciado de su explotación laboral —como enuncia Lukács en Historia y conciencia de clase (Op. cit.). Mir involucra esa concienciación como “un rumor iluminado que procederá desde la sierra / traspasará los campos y el celeste dominio“.
No puede haber duda, Hay un país en el mundo está estructurado por nueve cuerpos: La descripción geográfica, La descripción humana, Paréntesis I, Canción I, Paréntesis II, Canción II, Paréntesis III, Canción III, finalizando con Canción IV (desde el verso doscientos cuarenta y nueve al doscientos sesenta y seis) donde Mir hace alusión a la coexistencia pacífica —creada por Lenin [Obras, Tomo 21, 1912] y remarcada por Nikita Kruschev en 1955: “Después no quiero más que paz / un nido / de constructiva paz en cada palma / y quizás a propósito del alma / el enjambre de besos y el olvido…’’