Opinión

Corrupción y delincuencia

Corrupción y delincuencia

El daño físico, emocional que un desaforado infringe se queda en la piel y en espíritu de la víctima, pero el perjuicio que ocasiona la corrupción político-estatal nos convierte a todos en víctimas. Es por ello que urge que los ciudadanos demanden de los tres poderes de gobierno y de las diversas instituciones que conforman la sociedad civil iniciativas, acciones y reformas que contribuyan a frenar las prácticas ilícitas que dañan la paz social y enferman a toda la sociedad.

Cuando no se arrestan a los malhechores y estos se cobijan bajo el amparo de la inacción y la indiferencia; cuando se le deja el terreno libre para que operen a su antojo y las autoridades no cumplen con su función de protegernos, o cuando los responsables locales parecen entrar en contubernio con aquellos, entonces, asistimos a lo que ahora estamos viendo: el aumento exponencial de la criminalidad y el delito en todas sus descompuestas vertientes.

Exigimos un basta ya a la corrupción en todos los estamentos de las instituciones oficiales

De igual manera, cuando los corruptos no son ejemplarmente sancionados para desalentar la repetición del cohecho; cuando han sido favorecidos con la impunidad y se juega a la política con aspavientos judiciales; cuando los desfalcadores siguen estrujándonos en la cara sus riquezas mal habidas, entonces vemos lo que ahora tenemos: un cuadro de desconfianza en las instituciones públicas y una total incredulidad en los partidos y en los políticos.

Para recuperar nuevamente la fe en los políticos y en la política como medio de vehiculizar las propuestas, inquietudes y demandas sociales, los cambios legales e institucionales tienen que ser de fondo y verdaderos; no se trata de nada más de aplicar medidas correctivas.

Congruente con estas necesidades, en el Partido Revolucionario Dominicano, bajo la égida del ingeniero Miguel Vargas, exigimos un basta ya a la corrupción en todos los estamentos de las instituciones oficiales y ámbitos sociales; demandamos un sistema de gobierno honesto, que tenga como norte el servicio y no apueste por el servilismo que sólo favorece a oscuros intereses de dudosa calidad moral.

Nuestro país necesita servidores públicos con vocación de servicio al pueblo, profesionales y confiables; gente comprometida con la patria, con su bienestar y su mejor futuro; en fin, los ciudadanos honestos, tienen la puerta abierta en el PRD para practicar otra manera de hacer política, distinta a buscar enriquecimiento por medios ilícitos.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación