y III
Después de ser juzgado por el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y condenado a prisión junto a un grupo de sus compañeros, Fidel Castro se había convertido en un personaje político de extraordinaria importancia en su país. Más tarde fue amnistiado por el gobierno de Fulgencio Batista y se trasladó a México en donde organizó la expedición de aproximadamente 80 hombres, que se trasladó a Cuba en el yate Granma.
El timonel de esa nave, gran conocedor del escenario del Caribe, era dominicano, Luis Mejía (Pichirilo), quien moriría asesinado por los esbirros de las tropas interventoras estadounidenses después de la epopeya incompleta que se inició el 24 de abril de 1965 en la República Dominicana, que tenía como objetivo el restablecimiento en nuestra república de Juan Bosch, presidente elegido por la mayoria del pueblo el 20 de diciembre de 1962. Pichirilo, como se conocía, es un héroe de la historia política de Cuba y un prócer de la soberanía, la independencia y la dignidad del pueblo dominicano.
Una minoría de los expedicionarios del Granma bajo la jefatura de Fidel Castro sobrevivió a los ataques y la represión del ejército y la dictadura de Fulgencio Batista, pero ese movimiento conocido en la historia como el «Movimiento 26 de julio», dos años después terminó derrotando a la dictadura que oprimía a Cuba y el 1 de enero de 1959, Fulgencio Batista cobardemente huyó de su país y vino a refugiarse en la República Dominicana, sorprendiendo con esa decisión al régimen que encabezaba Rafael Trujillo Molina. En los primeros días de enero de ese año la vanguardia de las tropas revolucionarias que comandaba Fidel Castro, entraban a La Habana y siete u ocho días después Fidel entró a la capital, haciendo una ruta de cientos de kilómetros desde Santiago de Cuba a la ciudad capital.
¡Extraordinario y emotivo episodio en la historia contemporánea de América!
De enero de 1959 a noviembre de 2016 la presencia de Fidel Castro Ruz en la historia de América, África y otros países del mundo, es incuestionable en forma definitiva y la obligación de gratitud del pueblo dominicano con este personaje extraordinario de la historia hispanoamericana, no vamos a negarla jamás. Juan Bosch, el más grande maestro político de América de todos los tiempos, compañero de luchas de Fidel y amigo admirado, respetado y querido por el líder de la revolución cubana, decía que América había producido tres genios políticos: Toussaint Louverture, Simón Bolívar y Fidel Castro Ruz y fue este combatiente inmortal, quien en breves palabras hizo a nuestro pueblo el más grande elogio que hayamos recibido en toda nuestra historia: «Pueblo legendario, veterano de la historia y David del Caribe». Abrazos de duelo y solidaridad a Cuba por la partida física de Fidel, su memoria y presencia será eterna.
¡Fidel hasta siempre! Asumimos la responsabilidad y nos arrogamos la representación de este pueblo valiente, responsable, legendario, como tú dijiste y veterano de la historia, que ensenó a los cubanos a pelear, con la presencia en Cuba de Luis y Félix Marcano, Modesto Díaz, Dionisio Gil y Máximo Gómez.
Toda la basura que han dicho de tu figura y de tu responsabilidad al mando de Cuba, sean Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, y Mario Vargas Llosa, apátrida peruano y amanuense como instrumento de la política exterior del imperialismo estadounidense, no tienen vigencia en el escenario de la dignidad de los pueblos hispanoamericanos que te recordaremos siempre.