Luego de un largo asueto por motivo de la Semana Santa la sociedad dominicana vuelve a su trajinar cotidiano y los dominicanos y dominicanas que disfrutaron de ella vuelven a su realidad con toda su carga de crudeza y desafío.
Ya terminó la pachanga, la bebentina, el exceso y la reflexión que trae consigo el asueto de la Semana Mayor y entra con ahínco al combate laboral y al enfrentamiento inevitable de los compromisos y las deudas económicas altas y bajas.
De ahora en adelante la República Dominicana comenzará experimentar y conocer informaciones que agitarán al escenario político, social y económico, el cual terminará con la celebración de las elecciones municipales, congresuales y presidencial.
La justicia calentará sus estrados dictando más medidas de coerción a los ex funcionarios que supuestamente se pasaron de la raya cuando administraron el dinero público, el Ministerio Público seguirá armando expediente e imputando.
Asimismo, la población dominicana seguirá observando como quien ve llover una situación inflacionario externa e interna que sigue incrementando los precios de los artículos de primera necesidad y que no cede por más esfuerzos y medidas coyunturales que adopten las autoridades gubernamentales de turno.
Volveremos a enfrentar y padecer muchos de nosotros el incremento en la tasa de interés de nuestros préstamos hipotecarios y de automóviles, cuando nuestros salarios o entradas independientes no han sufrido ningún tipo de incremento, antes al contrario, se han reducido.
Tenemos que afrontar sin ningún tipo de pudor la ostentación de dinero y propiedades provenientes de la corrupción pública y privada.