Tras una aparente indecisión, tal vez para buscar el respaldo de gremios y sociedades especializadas del sector salud, el Gobierno desoyó las opiniones de la OMS y la OPS y determinó aplicar la tercera dosis de la vacuna contra la pandemia del coronavirus.

El impacto de las nuevas variantes y el repunte de los contagios son las razones que se han alegado para la nueva jornada de inoculación, que se iniciará con el personal del sector salud y las personas con comorbilidad, para continuar con los mayores de 70 años.

La dosis a utilizarse, en la que se hizo una cuantiosa inversión, será diferente a las que se han aplicado. Como la vacunación no es obligatoria, redunda la aclaración que el nuevo proceso se administrará de manera voluntaria.

Las reservas y las críticas pueden tener su fundamento, sobre todo por la manera unilateral con que en principio se tomó la decisión, pero la elevada ocupación de camas de pacientes con la covid en las unidades UCI de los hospitales demandaba explorar una salida al problema.

El Colegio Médico Dominicano (CMD), partidario de una tercera dosis, se identificó de inmediato con la decisión anunciada por el Gobierno, lo mismo que sociedades especializadas.

Aunque en un momento parecieron resbalar, las autoridades estaban decididas a recurrir a la tercera dosis como refuerzo para combatir la pandemia, sin importar que la OMS y la OPS advirtieran que no había evidencia científica de la necesidad de la vacunación y que mejor era esperar los resultados de las investigaciones. La decisión está tomada.