Opinión

Democracia dominicana

Democracia dominicana

El doctor Leonel Fernández, mucho antes de que Danilo Medina lo despojara del control del PLD, de la candidatura presidencial y de determinadas cortes, dijo que el Partido de la Liberación Dominicana gobernaría de forma consecutiva más de 40 años. Es que en todas las cortes había designado connotados miembros del PLD, aliados políticos y a un amigo personal en la presidencia de la Suprema Corte de Justicia.

El que observa las atribuciones de los poderes públicos dominicanos se dará cuenta que los mismos se escogen recíprocamente y, consecuencialmente, constituyen un círculo vicioso, con la agravante de que se valen del vicio y las malas artes en cada proceso de selección, como en efecto ocurrió en mayo pasado donde se celebraron unas elecciones cuyos votos emitidos no se contaron.

No tengo la menor duda, en un ejercicio de honestidad, que Danilo Medina ganó el 15 de mayo, porque se conjugaron múltiples variables a su favor, empezando por el uso desmedido de los recursos estatales. Pero no conforme con los privilegios pidió por su boca el otorgamiento de un 62% en el marco de una combinación de una JCE vulgar y firmas encuestadoras vendidas. Nada podía fallar.

¿Para qué Medina exigió un 62% si su proyección real superaba el 50%, suficiente para la mayoría absoluta que establece la Constitución de la República? Se pretende ofertar la percepción de que ha hecho el mejor y más popular gobierno de la historia social dominicana. Y ese 62% es parte de su campaña electoral para la contienda del 2020.

Muestra de que procura perpetuarse en el poder es la escogencia de su hermana Lucía Medina en la presidencia de la Cámara de Diputados, quien, con su voto, le garantiza segura mayoría en el Consejo Nacional de la Magistratura y cambios, a su conveniencia, en las desacreditadas altas cortes. (Los miembros de la JCE los designa El Senado, pero ahí el presidente Medina tampoco tiene problema para hacerse otro traje a su medida).

Mientras tanto la oposición, si es que se puede hablar de oposición, se distrae hablando de los cambios y remociones que hizo el presidente Medina en su gabinete, aspecto intrascendente respecto al discurso de campaña que pronunció, a las fichas que mueve como todo buen jugador de ajedrez y al abocamiento próximo de cambios en determinadas cortes, lo que demanda atención detenida y luchas en diferentes escenarios por el rescate de la democracia dominicana.

El Nacional

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