Opinión

Desafío a la tranquilidad

Desafío a la tranquilidad

Definitivamente resulta difícil pasarse unas navidades y fin de año tranquilo y alegre en la República Dominicana. Pareciera como si los hilos del destino y los designios de los hombres se conjugaran para impedir que los hijos de este pedazo de isla disfruten de este periodo tan especial en santa paz.

Parece que ya aquí no se respeta nada, ni siquiera la santidad de las navidades y de fin de año; para que un día alguien decida amargarle las fiestas a miles de ciudadanos y ciudadanas que sueñan con la construcción de un mejor país.

Me resisto a creer, que lo que hemos conocido a través de los medios de comunicación sobre la venta de los terrenos donde están alojadas miles de familias populares en el sector Los Tres Brazos, en el municipio Santo Domingo Este sea una realidad.

No tiene otro calificativo que no sea una canallada que, de manera inconsulta, toda esa barriada con más de tres décadas residiendo en ese lugar de buenas a primera pasen de legítimos propietarios a vulgares invasores por una maniobra subrepticia y abusiva de unos cuantos .

Desafío para la tranquilidad y el poder de autoridad que no se pueden permitir

En este acto bochornoso el Estado y el Gobierno deben y tienen que intervenir y pararlo de la forma que sea, es una ignominia que se pretenda conjurar un hecho de esa naturaleza en perjuicio de decenas de miles dominicanos pobres que allí residen.

Las actuales autoridades no pueden permitir que este tipo cosas sucedan como quien ve llover, el Estado en ese caso debe de asumir su rol protector de los ciudadanos que habitan allí, tal cual lo establece la Constitución de la República.

Si es cierto, lo que se ha dicho que allí ocurrió, si están validadas por las instancias correspondientes las pruebas documentales que se han conocido hasta ahora por la prensa, no hay dudas, de que este país anda patas arribas y que aquí cualquiera se cree en el derecho de hacer lo que le venga en ganas e incluso infortunar la fiesta de Navidad y Año Nuevo y nada pasa.

Si no se actúa ante este absurdo, un día de estos amaneceremos con que algún genio o grupo de mafiosos habrá vendido los terrenos en donde está alojado el Palacio Nacional y el Mar Caribe.

El Nacional

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