Como en otras ocasiones en que se ha apelado a estadísticas para resaltar el supuesto éxito de la lucha contra la delincuencia, los crímenes y atracos se ocupan de refutar el método de las autoridades para garantizar la seguridad ciudadana.

A los distintos sectores en que antisociales han impuesto la inseguridad y sembrado el terror se agregan los barrios localizados alrededor del kilómetro 17 de la autopista Duarte.

Los asaltos a una sucursal de la cadena de farmacias GBC, donde fue muerto un guardián, y al Plaza del Pollo, han aumentado el miedo que ya se sentía por casos menores.

Tanto en esos como en otros barrios residentes y comerciantes coinciden en que la falta de vigilancia policial estimula la criminalidad y la inseguridad. Los Guandules, Los Tres Brazos, y Los Frailes son algunos de los sectores que últimamente han pegado el grito al cielo por los crímenes, que la Policía ha explicado pero no evitado.

Al parecer las autoridades sienten satisfacción con unas estadísticas, que a lo mejor son ciertas, pero que nadie toma en cuenta. Por las características de muchos crímenes y asaltos las autoridades deben detenerse a estudiar minuciosamente el perfil o la radiografía de cada caso en particular.

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Es posible, sin necesidad de ser un experto en seguridad, que no todos respondan al mismo patrón social. Las estadísticas deben utilizarse para diseñar políticas, pero no para tratar de anestesiar a la población frente al auge de la criminalidad.