El gasoducto, Presidente
El resultado práctico, concreto, es que en dos años cumplidos el Presidente Medina no ha podido instalar nuevas plantas eléctricas y las dos plantas de carbón licitadas el año pasado no tienen todavía financiamiento asegurado. De los 2,040 millones de dólares requeridos solo se cuenta con los 200 incluidos en el presupuesto nacional. A pesar de eso, ya se iniciaron los trabajos de construcción y se han firmado contratos relacionados con firmas y empresas suplidoras de servicios y bienes diversos.
Esta dificultad para obtener financiamiento tendrá sus consecuencias, y ojala que no ocurra con este proyecto lo que ha ocurrido con tantos otros similares en el mundo: que los retrasos han dado espacio a la subida de precios de materiales y componentes de las plantas y, al final, las mismas salen muchísimo más caras que lo originalmente planteado. De seguir las cosas como van, esos 2040 millones podrían subir varios cientos más. Ese estancamiento del proyecto de Punta Catalina es una triste realidad y una peligrosa amenaza para las finanzas públicas y para la economía dominicana, necesitada de electricidad abundante y de bajo costo. Por el lado del gas natural, no hay nada concreto tampoco, por lo menos de manera oficial.
Pero, más que una nueva terminal de gas en San Pedro de Macorís, lo que le convendría al sistema es la construcción de un gasoducto desde Andrés hasta San Pedro (Cogentrix). El Gobierno conoce que en realidad la capacidad de la terminal de gas natural localizada en Andrés, propiedad de AES, es suficiente para abastecer la demanda de otras plantas que sumen capacidades adicionales de varios cientos de megavatios. Lo que pasa es que la empresa AES se opone, por razones estratégicas particulares, a lo que tiene derecho. Pero el Palacio tiene también derechos y deberes, y la energía eléctrica es un servicio público, por lo que respetando acuerdos y leyes el Presidente podría asumir, directamente, las gestiones para persuadir AES de que permita la construcción de ese gasoducto para vender gas a terceros. La crisis eléctrica requiere decisiones.