Opinión

Diagnóstico fatal

Diagnóstico fatal

De la anatomía social dominicana brota un tipo de secreción que puede provenir de algún tumor degenerativo que requeriría urgente cirugía para extirparlo antes de que haga metástasis e inhabilite órganos vitales para la supervivencia de la nación.

La purulencia que emana de esa excrecencia aflora en comunidades urbanas o rurales en los cuatro puntos cardinales de la República, lo que hace pensar que el posible carcinoma se ha expandido de manera sigilosa y acelerada a través del tejido ciudadano.

Esa rápida degradación moral se expresa con sucesos desgarradores como el caso de un niño de nueve años violado, apuñalado y su cuerpo incinerado por un hombre vinculado al mundo de las drogas, en el sector Isabelita, quien después acudió a la escena del crimen a sofocar el incendio sobre el cuerpo del menor.

¿Cómo no temer un vertiginoso agrietamiento social, con noticias como la del sargento policial que mató de un puñetazo a una mujer, en San Carlos, o del individuo despechado que asesinó a balazos a su pareja en Cotuí, en interminable cadena de feminicidios?.

En Baní fue asesinado a balazos un coronel de la Policía, en un extraño suceso ocurrido en un punto de drogas, en que salió a relucir que dos oficiales huyeron de la escena del crimen dejando a su compañero caído.

Las drogas se venden como pan caliente en ese municipio, con el comprobado patrocinio de propias autoridades, a tales extremos que no pocos vendedores de cocaína usan las redes sociales para promover la calidad de sus productos, incluido el negocio operado por una madre y su hijo.

Otro individuo, quien se definió como exvendedor de drogas en San Juan, dijo que en esa provincia los delincuentes tienen más valor que la misma Policía, al tiempo de ofrecer detalles sobre complicidades de agencias antidrogas con el narcotráfico.

¿Acaso lo aquí relatado, sobre un niño violado, asesinado y quemado, un policía que asesinó a su pareja de un puñetazo, una madre que vende drogas junto a su hijo, más feminicidios, complicidades de autoridades con el narcotráfico, no concita temor sobre la prevalencia de un cáncer social?

El Nacional

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