ARLINGTON. El mánager de los Rayos, Kevin Cash, levantó el brazo derecho para señalar al bullpen. El abridor de Tampa Bay, Blake Snell, se mordió el labio y negó con la cabeza. Y los Dodgers olieron sangre.
Los Dodgers son campeones de la Serie Mundial por primera vez desde 1988 porque aprovecharon su momento cuando la salida dominante del Juego 6 de Snell fue interrumpida de manera controvertida el martes por la noche en el GlobeLife Field.
Con un repentino despertar ofensivo contra el relevista de los Rayos Nick Anderson en la sexta entrada, los Dodgers ganaron, 3-1, para reclamar su tan esperada corona y completar su dominio de la temporada más corta y extraña en la historia de las Grandes Ligas.
Este fue el final que esperaban los Dodgers cuando empujaron sus fichas y colocaron a Mookie Betts en una alineación ya cargada. El final que los había evadido en sus apariciones en la Serie Mundial en 2017 y ’18. Cuando la pandemia de coronavirus cambió drásticamente la duración y el aspecto de la temporada de Grandes Ligas, los Dodgers ejecutaron sin piedad su calendario cambiante con un porcentaje de victorias de .717.
“Este es nuestro año. Todos en este estadio vistiendo el azul de los Dodgers, todos en todo el mundo vistiendo el azul de los Dodgers nunca vacilaron. Este es nuestro año. Estos jugadores de aquí demostraron de qué se trata la dureza. Resistencia. Nunca he estado en un grupo más cercano, más duro, que ame más.
“Para tipos como Clayton [Kershaw], no podría estar más feliz por ti, Kersh. No podría estar más feliz. Quieres hablar sobre una narrativa, ¿qué tal ser un campeón? Él es un campeón para siempre. Kenley Jansen, ¿qué? lo has hecho, gracias. Justin Turner, gracias. Rick Honeycutt, que no está aquí, gracias. Ross Stripling, que no está aquí, gracias. Y a todos y cada uno de ustedes, los amo mucho por todos de su trabajo, su generosidad. Gracias, chicos”.
Cuando un nuevo formato de postemporada pidió más a los ganadores de la división, los Dodgers pasaron por encima de los Cerveceros en la Serie de Comodines de la Liga Nacional y los Padres, rivales de la división en la Serie Divisional de la Liga Nacional, y superaron un déficit de 3-1 contra los Bravos en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
Y cuando los Rayos amenazaron con llevar esta Serie Mundial neutral a un Juego 7 detrás de un jonrón temprano de Randy Arozarena (el décimo récord del novato en una poderosa postemporada) y las dos primeras vueltas fantásticas de Snell a través del orden, los Dodgers tumbaron la puerta al minuto de estabar rajada.
Ese momento llegó en la sexta entrada. Con un out, Snell permitió un sencillo de línea a Austin Barnes, solo la tercera bola que había dejado salir del cuadro en 5.1 entradas de trabajo asombroso en el que todos sus lanzamientos estaban en el punto. Snell había realizado solo 73 lanzamientos y registró nueve ponches.
Por la parte de los Dodgers, su propio plan de pitcheo tuvo algunas dificultades iniciales en la forma del jonrón permitido por el abridor Tony Gonsolin en la primera entrada a Randy Arozarena.
Gonsolin fue sacado después de solo cinco outs, pero el resto de relevistas de Roberts mantuvo a los Rayos sin anotaciones por el resto. Las dos entradas perfectas de Alex Wood le permitieron a Roberts alinear tarde sus opciones más confiables.
El monstruoso jonrçón en solitario de Betts en el octavo fue un signo de exclamación enfático en su primera temporada en azul de los Dodgers, y los dos innings y un tercio perfectos de Julio Urías terminaron el séptimo título de Serie Mundial en la historia de la franquicia.
Que se dijo
“Este es nuestro año. Lo dijimos desde el comienzo”
Dave Roberts, mánager de LA
43-17
Los Dodgers
Tuvieron el mejor récord
del béisbol durante la serie regular, ganando 43 juegos.
“Esta victoria es para los fanáticos de los Dodgers”
Mark Walter, presidente del club
“Hay que felicitar a los Rayos por una temporada increíble y una serie muy reñida”, dijo al final de juego Mark Walter,
Propietario y presidente de los Dodgers
