Editorial

Dos culturas

Dos culturas

Hoy se conmemora el 523 aniversario del avistamiento de tierra por el marinero Rodríguez de Triana, después de más de dos meses de tres embarcaciones navegar al mando de Cristóbal Colón, hasta alcanzar la inesperada empresa del descubrimiento de un nuevo mundo o encuentro entre dos culturas.

Más que Día de la Hispanidad o de la Raza, tan trascendente efeméride debería ser considerada como “encuentro entre dos mundo”, porque si bien es cierto que Europa conquistó el nuevo continente, lo es que también se erigió un patrimonio histórico hispanoamericano, aun con el genocidio perpetrado contra la cultura precolombina.

El descubrimiento del continente no puede conmemorarse solo como la gran empresa colombina o de la corona española, sino como el preámbulo a una fatídica conquista durante la cual la espada abrió paso a la cruz y los originarios de estas tierras fueron virtualmente aniquilados para dar paso a la ambición de riquezas y poder desde las grandes metrópolis europeas.

La Hispaniola, territorio insular donde se afirma que reposan los restos del Almirante de la Mar Océana, tuvo durante los primeros tiempos de la conquista el rol de tierra de primacías, además de sufrir la extinción de la raza aborigen, a manos de los conquistadores y de las enfermedades que trajeron consigo.

El continente americano, con primigenia historia de crueldades imperiales, se erige hoy como un vigoroso ente político, cultural, social y económico, sobre el cual se instalan naciones que cultivan sus propias entidades y formas de convivencia cada día más alejadas de los cañones y bayonetas que tintaron de sangre y dolor a sus pueblos originarios.

Sentido pesar

La sociedad dominicana ha reaccionado con gran congoja ante la noticia sobre el fallecimiento de Fernando Echavarría, uno de los artistas más queridos y respetados, que pudo alcanzar los más altos peldaños de popularidad a base de su talento como intérprete, compositor e investigador de ritmos populares.

Creador del género que bautizó como “fusón”, con la fusión de la samba, cumbia, plena y otros ritmos afroantillanos con el jazz, rock, apoyado en la base rítmica del son y el merengue, Fernando Echavarría y su grupo Familia André, cultivaron aplausos y admiración en todo el continente, donde siempre puso en alto el buen nombre de República Dominicana.

Al expresar profundo pesar por el deceso de un artista exitoso y consagrado, de un ciudadano ejemplar, El Nacional extiende sus condolencias a sus familiares y a su amplia legión de admiradores, que heredan por siempre su música sin igual.

Sudelka Garcia

Periodista de El Nacional Digital