POR: José Antonio Torres
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Si no fuera porque en Sudáfrica están las minas más grandes de diamante del mundo, osaría decir que Dios privilegió el Norte. Desconozco si existe una razón científica que me pueda convencer del porqué las partes norte de los pueblos se desarrollan más que las sur. Cuando en el país se comenzó a pensar en desarrollo real, al inicio de la década de los años 70, los asesores del entonces presidente Joaquín Balaguer insistieron en crear conexiones viales en las ciudades e interurbana para mejorar la comunicación entre los pueblos.
De esa forma arrancó el turismo, que junto a las remesas son las principales fuentes de divisas del país. De modo que el tiempo dio la razón a los sustentadores de la tesis de que las inversiones en carreteras eran retornables.
Las inversiones del Estado dominicano en construcciones de grandes obras viales, sobre todo en la región Sur y en Santo Domingo, tendrán repercusiones altamente positivas en término económico y social.
Por ejemplo, el corredor vial del Sur y la avenida de circunvalación de Santo Domingo, contribuirán a una mayor movilidad y seguridad en el transporte, así como importantes ahorros en tiempo y combustible.
Se trata de dos obras de alta incidencia socioeconómica emprendidas por el gobierno y que auguran un rápido retorno de sus inversiones.
Cabe destacar también el programa de reparaciones y mantenimiento de carreteras y avenidas que ejecuta el Ministerio de Obras Públicas.
El corredor vial del Sur, que se reconstruye una inversión de 850 millones de pesos, se convertirá en una de las autopistas del país de mayor seguridad, con un desplazamiento diario de alrededor de siete mil vehículos.
Esta obra será un factor dinamizante de la economía de esa región ya que impulsará el turismo, y básicamente, la agropecuaria, en la cual se sustentan los ingresos económicos de la zona. No olvidemos de que acuerdo a la encuesta Enhogar-2013, las cinco provincias más po

