Editorial

El Faro

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Los gobiernos invierten cuantiosos recursos en construcción y restauración de monumentos y museos, que luego se deterioran por falta de mantenimiento o simple abandono, lo que provoca dilapidación del dinero público y degradación del patrimonio histórico y cultural de la nación.

El mejor ejemplo de esa perniciosa costumbre lo constituye el Faro a Colón, una imponente mole erigida en el sector El Pensador, de Villa Duarte, a la memoria del Almirante genovés que concibió y completó la empresa del descubrimiento de América.

Ese museo, único en el mundo erigido con el concurso de todos los países de un continente, luce hoy en penoso deterioro, custodiado por solo dos efectivos de la Armada Dominicana y con única disponibilidad de tres mil pesos en caja chica para su mantenimiento.

Los 241 faroles que al ser encendidos reflejaban la cruz del Calvario en el cielo, agotaron su vida útil sin ser reemplazados, pero también el museo fue excluido del circuito de 24 horas de servicio de energía eléctrica, por lo que delincuentes roban equipos y piezas valiosas amparados en la oscuridad de la noche.

Hace ocho meses que el gobernador del Faro a Colón, doctor Mario Bonetti, sometió por ante el Ministerio de Cultura un proyecto de restauración de esas instalaciones sin recibir ninguna respuesta, lo que hace presumir que a las autoridades no les interesa su rescate.

La idea de construir un faro en memoria del Descubridor fue expuesta por primera vez por el historiador Delmonte y Tejada en 1852 y abrazada por Estados Unidos y Canadá y luego se expandió por toda América, hasta que en 1923, la Asamblea Panamericana reunida en Santiago de Chile aprobó erigir ese museo.

Es una pena que el Faro a Colón, inaugurado en 1992, acuse hoy tan notorio deterioro, tanto en sus estructuras exteriores como en sus museos interiores, a pesar de los esfuerzos que se atribuyen a su gobernador por despertar la atención de las autoridades para su necesaria restauración.

Más de un centenar de turistas acuden diariamente a disfrutar del tesoro histórico y cultural que guarda el Faro a Colón, incluidos los restos del Almirante, por lo que urge que el Ministerio de Cultura emprenda los trabajos de rescate de ese monumento, único en el Mundo, que ya forma parte de la identidad nacional.

El Nacional

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