En los últimos días, un asunto de gran trascendencia ha despertado preocupación y controversia en la República Dominicana. Se trata del sorprendente “palo asechao” que representa el convenio firmado entre el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) y la empresa estatal israelí Mekorot para la gestión del agua en nuestro país.
Sin embargo, lo que con mucha fanfarria, aplausos y las sonrisas, debió vendernos la idea de que se trataba de una medida tendiente a “fortalecer nuestra capacidad de manejo hídrico”, se ha convertido, gracias a la Red Socioambiental Nacional, en una amenaza directa a nuestra soberanía y derechos fundamentales.
Haciendo uso de la ley General de Libre Acceso a la Información Pública, la Red Socioambiental, una coalición de organizaciones y ciudadanos comprometidos con la protección del medio ambiente y la justicia social, logró conseguir una copia del contrato INAPA-Mekorot donde encontraron diversas violaciones que ponen en riesgo nuestra soberanía hídrica y la gestión responsable de uno de nuestros recursos naturales más valiosos.
En el pacto, la falta de transparencia es evidente. A pesar de que se trata de un tema de vital importancia para el país, el convenio fue firmado sin la debida divulgación de su contenido. La sociedad dominicana merece conocer los detalles de un acuerdo que afectará directamente nuestra vida cotidiana y el futuro de nuestra nación.
Otra cuestión alarmante es la experiencia y tecnología de Mekorot en el manejo del agua, que no se ajustan a las condiciones ecológicas y acuíferas de la República Dominicana. Israel es un país con una realidad geográfica y climática muy distinta a la nuestra, y las soluciones aplicadas en su territorio podrían no ser adecuadas para enfrentar los retos hídricos que enfrentamos en nuestro entorno tropical.
Pero quizás lo más preocupante son las acusaciones y denuncias contra Mekorot por su papel en la ocupación ilegal de territorios palestinos y la apropiación indebida de recursos hídricos en esa región. La empresa ha sido señalada por organizaciones internacionales de derechos humanos, como Amnistía Internacional, por su complicidad en violaciones a los derechos fundamentales de la población palestina.
La gestión del agua es un tema que nos afecta a todos, y debemos tener voz en el proceso de definición de políticas y estrategias para su manejo responsable.
Por: Felipe Lora