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El Torito revela “Luis Rosario me bajó de una tarima”

El Torito revela “Luis Rosario me bajó de una tarima”

Una invitación a cantar en una fiesta que amenizaba la orquesta de Los Hermanos Rosario en La Terraza de Plaza Nouel, de Bonao, fue el pasaporte al éxito de Héctor Elpidio Acosta ante un público que lo aplaudía extasiado, sin sospechar que asistían al nacimiento de una nueva estrella de la música dominicana.
Gerardo Díaz “El Toro”, manager de la agrupación más popular de ese momento, concentró su atención en aquel jovencito que con gracia interpretaba Adolescente, el éxito del momento en voz de Toño Rosario, quien a la sazón guardaba prisión en una cárcel de Mao. Corría el año 1986.
El hoy senador por la provincia Monseñor Nouel recuerda ese momento de gloria que a los pocos días se convirtió en una gran decepción que dio como resultado el nacimiento de la famosa agrupación Los Toros Band.
“Yo estaba amenizando una fiesta con el grupo Los Gentiles al que pertenecía, en un local ubicado frente a donde se presentaban Los Rosario y cuando terminé crucé a verlos. Era la agrupación más pegada de entonces con Borrón y cuenta nueva, y cuando el público me vio les pidió que me subieran a tarima, me dieron el chance y no hice un tema, sino siete, la mayoría de los éxitos de Toño y uno de Rafa Rosario”, recordó el artista en el programa Testigo Radio que se transmite los sábados por Dominicana 98.9 FM.
Haciendo una retrospectiva sobre aquel acontecimiento aseguró que “El Toro se apechó de mí desde ese momento, porque, aparte del talento que yo tenía, según él, veía que yo era un fresco. En cada tema que interpreté ese día me pedía que repitiera ‘Y al que no le guste, que se mude’, porque le encantaba esa frase”.
Acosta terminó cargado en los hombros del público y cuando se disponía a marcharse del lugar Gerardo Díaz lo alcanzó en el comedor del establecimiento para hacerle una propuesta. “Me felicitó y trató de convencerme para que ingresara a Los Hermanos Rosario, pero le dije que no, porque solo saldría de Bonao si era con mi propio proyecto, siempre dije que no iría a la Capital a hacer coros”.
Pero lo de “la tercera es la vencida” se cumplió. Gerardo regresó al hogar de Héctor Acosta y tanto dio la piedra en el cántaro que “le dije, ok, vamos a ver qué pasa, hágamos un par de baile con Los Rosario, y duramos un mes con ellos”.
Todo transcurría en armonía hasta que, en un bar de Matanzas, Baní, donde la agrupación se presentaba, a Gerardo Díaz se le ocurrió la idea de que, además de cantar, Héctor tocara el bajo. “El bar de bote en bote, cogí el bajo y canté. Eso ‘se fue abajo’, desde ahí Luis (Rosario), cogió una ‘quiquilla’ con nosotros”, reveló en primicia El Torito.
Al día siguiente se encontraban en San José de las Matas y Rafa estaba ronco, por lo que El Toro le pidió a Héctor que iniciara la fiesta. “Después de interpretar tres canciones Luis le dijo al Toro: ‘Si no bajan al carajito, me bajo yo’. A Gerardo no le quedó más remedio que bajarme, pero eso provocó que se frustrara y decidió sacarme del grupo e irse también. Antes de terminar el baile nos fuimos”, contó Acosta.

Nacen Los Toros Band
“Los Toros Band nacieron por una decepción”, filosofa El Toriro hoy. “Fue el único grupo que implementó aquí sonar un año completo en la radio y nadie sabía quién era el cantante, para mucha gente el grupo era de Estados Unidos”, destacó.
Ciertamente la radio estaba copada por temas como La morenita, Mi taita, Popurrí de boleros, que formaban parte del primer álbum “¡Se soltaron!”, de la orquesta que debutó el 4 de mayo de 1991 en Sábado de Corporán.
Alrededor de 15 años se mantuvo Acosta en la agrupación, con la que popularizó temas como A pasito lento, La Chiflera, Quizás sí, quizás no, Enamorado, El mujerón, Llegó tu marido, La nena del jean, Las mujeres lo bailan bien, Esa morenita, entre otros.

Inicios en la música
El primer contacto de Héctor Acosta con la música lo tuvo camino a un play de su natal Bonao y al escuchar el sonido de un órgano se acercó al lugar de donde salían las notas. Allí se celebraría un festival de la voz en el que, sin quererlo, revela, fue incluido en la competencia.
“Interpreté ‘Con olor a hierba’, de Emmanuel, y gané el primer lugar, tiempo después ingresé como cantante al coro Los Caminantes, de la iglesia San Antonio de Padua, donde al paso de los meses empecé a tocar guitarra y me nombraron director del coro”, revelo.
Durante tres años Acosta asistió a la misa de las 8:00 de la mañana, hasta que un día los integrantes del coro sintieron la necesidad de hacer dinero.
“Armamos un grupito y no sé a quién se le ocurrió ponerle un nombre que parecía un partido político de izquierda: ‘Renovación Quisqueyana’. Éramos dos cantantes, guitarra eléctrica, tambora, un saxo y güira. Yo tocaba bajo y cantaba. Ganaba 7 pesos por noche. El baile más caro que tocamos fue en el Country Club, donde nos pagaron 75 pesos”.