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El Torito grandioso en show del Jaragua

El Torito grandioso en show del Jaragua

Simplemente grandioso fue el espectáculo “El torito es sentimiento”, en el que cientos de personas se dieron cita el pasado viernes en el teatro La Fiesta del hotel Jaragua, para disfrutar de la versatilidad del artista cibaeño.

Una gran muestra de cariño y admiración vivió Acosta, quien subió a escena cerca de las 9:45 de la noche y regaló a su público un amplio repertorio que incluyó bachata, merengue, rancheras y boleros, además la velada fue propicia para que el merenguero saliera de su zona de confort y estrenara su primer son titulado Por mi tierra y por mi gente.

El Torito grandioso en show del Jaragua

A pasito lento dio inicio al show que se extendió por más de dos horas y media, tema que con el que de manera inmediata los asistentes improvisaron una pista de baile para poder disfrutar al máximo el contagioso ritmo de todas las canciones de El Torito.

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En reconocimiento a grandes artistas dominicanos que aún ponen en alto nuestra bandera y a los que en su momento la pusieron, el intérprete de El Anillo, reconoció a Juan Luis Guerra y Víctor Víctor, interpretando con ligeros arreglos las canciones Estrellitas y duendes y Te busco, respectivamente.

Valoró la trayectoria y grandeza de Víctor Víctor, una de las víctimas de la pandemia de la covid, y recordó que el tema interpretado, de su autoría, fue grabado por la “Reina de la salsa”, Celia Cruz.

Héctor Acosta “El Torito”

Una canción tras otra y la fiesta continuaba. Acosta recordó al “Rey del merengue”, Joseíto Mateo, con El negrito del batey, y al fenecido “Caballo Mayor”, Johnny Ventura, con la pieza La agarradera.

Los años dorados del merengue también brillaron en un medley con los temas del fallecido Benny Sadel, donde recorrió todos los éxitos del carrera del artista.

Amorcito enfermito, con su popular frase “Se muriooooooooooo”, Si tú estuvieras y Perdóname la vida, formaron parte del largo repertorio.

Con Sin merengue no hay fiesta El Torito cerró su espectáculo, pese a que la multitud le pedía a gritos otra.