Garantía de seguridad jurídica y buen clima de negocios constituyen hoy en día los valores agregados más importantes para una economía como la dominicana, que requiere atraer capitales para ampliar y consolidar su nivel de crecimiento y desarrollo.

El presidente Danilo Medina, al hablar ante centenares de potenciales inversionistas extranjeros y nacionales, ha ofrecido seguridades de que aquí prevalecerán reglas claras para las inversiones, un activo esencial que Estado y sociedad deben siempre proteger y fomentar.

República Dominicana se erige hoy como uno de los mejores destinos para la inversión extranjera por su cercanía con el mercado de Estados Unidos, sus acuerdos y asociaciones comerciales con Centroamérica, el Caribe y Europa, su potencial turístico, agropecuario, financiero y tecnológico.

En los dos últimos años, la inversión extranjera directa ha promediado dos mil 500 millones de dólares y en el decenio se ha incrementado en 245%, al pasar de US$7,684 millones a US$26,549 millones, lo que sin dudas ha sido de gran impulso para la generación de empleo y transferencia tecnológica.

El Foro Invierte en RD, que auspicia el Centro de Exportaciones e Inversiones, ha sido un valioso y oportuno escenario para que Gobierno y sector privado reflexionen sobre la necesidad de consolidar seguridad jurídica y clima de negocios.

La estabilidad política, social y económica, junto a la constante capacitación de los recursos humanos, son también valores imponderables que el país ofrece para atraer conversión y tecnología, factores esenciales para que la economía revierta su condición de exportadora neta de capitales.

Satisface que en ese foro de promoción de inversiones se resalten las bondades de la economía dominicana, que en los últimos 33 años ha registrado un crecimiento promedio de su PIB de 4.7% y que en 2014 el nivel será cuatro veces mayor al promedio de América Latina.

Ese es el auténtico rostro de República Dominicana que todos los sectores de la vida nacional deberían ayudar a dibujar, porque para alcanzar el anhelado escenario de crecimiento económico, desarrollo social y consolidación institucional, se requiere de un elevado y constante flujo de inversión extranjera directa.