Opinión

El viejo libreto bolivariano

El viejo libreto bolivariano

POR:  Orlando 

Gómez Torres
orlando.gomez@gmail.com

 

Las recientes protestas en Venezuela son un buen reflejo del fracaso del experimento socialista de la «Revolución Bolivariana» que ya cursa su decimo cuarto año. Pero más que promover un verdadero cambio que permita reorientar ese país en una mejor ruta para su verdadero desarrollo, las protestas van a servir para fortalecer aún más a un régimen oportunista que se sostiene promoviendo la hostilidad y la división de su sociedad para afianzarse en el poder. Ni la protesta pública, ni la violencia van a ser arma efectiva para enfrentar los desastres del chavismo en Venezuela, y su continuación solo servirá para cimentarle en el poder en la medida que este viene aplicando el mismo libreto de siempre.

Las protestas espontáneas de estudiantes distan de ser un intento realista de desastabilizar al régimen bolivariano, sin embargo, este las utiliza para seguir removiendo el fantasma del «golpismo» con el cual se ha valido para justificar su cada vez mayor hostilidad hacia los derechos civiles y la disidencia en Venezuela. Desde el 2002 a la fecha la prensa contraria al chavismo ha sido perseguida hasta su virtual extinción, todo justificado con el fantasma del golpismo.

No muy distinto ha sido para el comercio y la industria privada en Venezuela, que también por el fantasma golpista y desestabilizador se justificó su expropiación o controles asfixiantes a la comercialización de bienes. El gobierno venezolano no asume responsabilidades y la culpa siempre es de otros cuando las cosas no marchan bien, los «otros», esos son los golpistas que justifican más leyes habilitantes, más limitaciones a las libertades civiles, más persecución a la prensa disidente.

Esto no es nuevo. El libreto ya fue redactado y usado hasta el hartazgo por el mismo Chávez durante los años que desgobernó su país. Ocurren protestas por cosas razonables, como la alta inflación? acusa a los que protestan de ser o estar respaldados por oligarcas imperialistas que pretenden desestabilizar al Gobierno democráticamente electo y hacer un golpe. Luego organiza marchas en respaldo a la causa bolivariana y utiliza todos los medios controlados por el Estado para resaltar el apoyo y silenciar la disidencia. Aprovecha y expulsa algunos diplomáticos estadounidenses para dar credibilidad a la histeria conspiranoica.

Apresa algunos miembros de la oposición, y luego convoca a la Asamblea Nacional para una nueva ley habilitante o nueva Constitución que extienda los poderes del Ejecutivo para «proteger a la nación de estos intentos colonizadores de desestabilizar la causa revolucionaria.» Aplique el rinse y repita.

Es penoso saber que protestar en Venezuela no sirve como forma de hacer llamar la atención a su Gobierno de las precariedades que padece un grupo de sus habitantes, sino para envalentonar al régimen para seguir fortaleciendo su control sobre todas las actividades dentro del país cohersionando libertades, como modo enfermizo de asegurar su propia supervivencia.Para cuando se comprenderá que la democracia no consiste solamente en hacer elecciones, sino que esta es un ejercicio constante donde no solo protestar es un derecho, sino una necesidad.

El Nacional

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