El 4% del Presupuesto para la educación preuniversitaria se convirtió en una intensa batalla social y hasta política que involucró a diversos sectores preocupados por la calidad de la enseñanza y por el respeto al principio institucional.
Pero a pesar de que se firmó un pacto educativo no hubo un plan de fiscalización para la inversión de los recursos en las áreas más prioritarias del sistema educativo.
La construcción de planteles se convirtió en la meta, relegándose la formación y contratación de maestros para garantizar una enseñanza que sacara al país de los últimos lugares en las evaluaciones internacionales de aprendizaje en las materias básicas.
Distintos sectores, incluyendo a Acción Empresarial por la Educación (Educa), consideran que ha llegado el momento de que se congele el porcentaje asignado al Ministerio de Educación para que los recursos se destinen a otros proyectos sociales.
Se ha señalado que la decisión podría representar una economía de 37 mil millones de pesos en 2022. El vicepresidente de Educa, Carlos Guillermo León, expresó en un encuentro que “quizás sea el momento de considerar la idea de congelar el presupuesto destinado a la educación, de generar ahorros y revisar los rubros a que se asigna”.
Para colmo de males, tanto en el pasado como en el presente la cartera ha transitado en medio de escándalos sobre supuestas irregularidades en sus operaciones. Si el 4% a Educación tiene que revisarse las autoridades no deben pensarlo dos veces, toda vez que cuentan con el respaldo de sectores que promovieron su aplicación.
