Aun sea en la recta final de la campaña electoral, los partidos políticos están compelidos a arrimar hombros con el programa que ejecutan el Ministerio de Salud y el Comité de Emergencia y Gestión Sanitaria para contener la propagación de la covid-19, si se desea garantizar el 5 de julio elecciones limpias, transparentes y concurridas.

No podría ser de otra manera, si se toma en cuenta el incremento de los casos de contagio de coronavirus que reporta Salud Pública y de un mayor número de hospitalización y uso de cuidados intensivos, lo que llevó a los comisionados a recomendar al presidente Danilo Medina permanecer en la fase dos de la desescalada.

Conforme al boletín oficial de ayer sobre incidencias del coronavirus, el número de nuevos contagiados alcanzó los 899, cifra récord desde el comienzo de la pandemia, que señala además que el número de ingresados en unidades de cuidados intensivos aumentó a 165, de los cuales el 44 % está recluido en centros asistenciales del Gran Santo Domingo, el 30.7 % en Santiago y el 9.50 % en la provincia Duarte.

De acuerdo a esas cifras, el proceso de desescalada o retorno a la nueva normalidad se ha salido de carril y el escenario sanitario afronta el riesgo de un rebrote mayor de contagios y de posible colapso del sistema sanitario. Ese camino de incertidumbre no garantiza un proceso electoral concurrido a celebrarse dentro de 13 días.

¿Qué hacer?

Gobierno y liderazgo político deberían entender que la pandemia no puede ser mezclada con la campaña electoral ni para bien ni para mal, que lo mejor sería que todas las banderías halen la cuerda en la misma dirección cuando se trate de prevenir, contener y mitigar la propagación del coronavirus.

Carece de relevancia debatir si ha sido positivo o negativo extender el periodo de emergencia o si se usan esas prerrogativas en beneficio del candidato oficial, porque ya se sabe que se requiere de control y restricción para evitar el avance de la covid-19, y que los partidos y candidatos están tirados a las calles sin ningún impedimento.

No se podría hablar de comicios concurridos para el 5 de julio si en muchos días sucesivos el número de contagiados duplica la cifra que antes estuvo cercana a la meta de aplanamiento de la espiral pandémica, menos aún si se incrementa la cantidad de hospitalizaciones e ingresos en salas de cuidados intensivos.

El buen juicio aconseja que candidatos presidenciales y partidos integren comisiones o equipos médicos de epidemiólogos y salubristas para asesorar al Ministerio de Salud en todo lo relacionado con el programa de contención de la covid-19, gesto que el Gobierno estaría obligado a aceptar para garantizar el 5 de julio elecciones concurridas, libres y transparentes.