Lila, Alexandra y Modesto rechazan subir a camiona
El Partido Reformista, la organización que fundara el extinto estadista Joaquín Balaguer, y que durante 20 años señoreó la vida política nacional, ahora, en su hora postrera da los últimos coletazos antes de extinguirse sin penas y sin glorias.
Aunque en el mismo quedan algunos dirigentes, con sobrados méritos partidarios, que disponen del suficiente aval para mantener contactos directos con el actual Presidente de la República, sin necesidad de intermediarios.
Por ello, usando como símil aquellos nacionales del vecino país que se niegan a subir a los vehículos que quieren forzar su retorno a su punto de partida, y a quienes en su popular idioma creo le llaman “Camiona”, comparamos esa situación con la de dirigentes coloraos de la talla de la doctora Lila Alburquerque, la licenciada Alexandra Izquierdo y el licenciado Modesto Guzmán, quienes se niegan a ser “narigoneados”, por otros de sus iguales que pretenden alzarse con el santo y la limosna, en aras de mantener la condición de bisagras, imponiendo alianzas que solo a ellos les importan porque les reditúan pingües ganancias.
No importa que se les amenace con supuestos juicios disciplinarios, pues si fuese a pedírsele cuentasa quienes disienten de los actuales seudo líderes del mismo, no habría sillas ni locales suficientes para tales parodias de juicios-
El otrora glorioso partido Reformista ha devenido en algo parecido a una finca ganadera, donde las reses son engordadas a la espera del comprador que mejor precio ofrezca para vendérselas, cosa que Lila, Alexandra y Modesto no están dispuestos a permitir, ahora que según la última encuesta Gallup el Partido Colorao apenas si representa el 1% del electorado, con vistas a la consulta popular de mayo del próximo año.
Dado el marasmo porque atraviesa el Partido Reformista, donde sus locales en su gran mayoría están abandonados, lo mejor que podrían hacerse con los mismos, antes que se hundan en el mar del olvido de la memoria colectiva, es que una asamblea general decrete la extinción del mismo, y que estos locales sean destinados a hogares de niños huérfanos o desamparados, o ancianos desvalidos, para que sirvan de refugio a los mismos, reviviendo así la Cruzada del Amor y la memoria de doña Enma Balaguer de Vallejo, la matrona comunitaria que llenó toda una época, derramando el bien a manos llenas.
Y hasta el próximo domingo, con más Jerez y más Whisky