La confesión del embajador Brewster. La visita del vicepresidente Biden
En una acción inédita en la diplomacia continental y quizás mundial, el embajador norteamericano James Brewster, quien arribó al país el 26 de noviembre del año pasado, utilizó el Internet, y las redes sociales, para hablar sin tapujos y con meridiana claridad sobre su preferencia sexual, y lo hizo acompañado de su esposo y compañero de 25 años Robert Satawake.
El distinguido diplomático norteamericano, quien representa en su país a una minoría, al igual que su Primer Mandatario, el Presidente Barack Obama, este último por motivos raciales, habló con meridiana claridad, y sin medias tintas, explicando que aceptó el cargo, no obstante su conocimiento de que el pueblo dominicano en materia sexual predica la intolerancia, tanto verbal como físicamente, porque lo consideró un deber ineludible.
El embajador Bewster, en un ejercicio de transparencia que le honra, al igual que a su compañero, no pretendió presentarse como ejemplo a seguir, ni tampoco lo hizo con sentido de vergüenza, sino con el propósito de acabar, de una vez por todas, con la chismografía barata en torno a su persona y a su gestión, que está solo inspirada en la defensa de los mejores intereses de su gran nación, y en el deseo de corresponder con su amistad a quien igualmente se la brinde con honestidad y sin intenciones ocultas.
El embajador Brewster cuenta con la decidida cooperación del Ministro Consejero Daniel Fote, un diplomático de carrera que sirvió en Haití con igual rango, y a quien tuve la ocasión de tratar en mi condición de Ministro Consejero de la embajada dominicana en Puerto Príncipe.
La importancia que la administración del Presidente Obama concede a Santo Domingo, lo demuestra la llegada, la noche del pasado miércoles, del vicepresidente Joe Biden, quien el jueves en el Palacio Nacional sostuvo una importante conversación privada con el Primer Mandatario dominicano, Danilo Medina, seguida de un almuerzo de trabajo.
El vicepresidene Biden, quien se marchó el viernes, hizo escalas previas en Basilia, y Bogotá antes de llegar a Santo Domingo, desde donde se marchó a Ciudad de Guatemala, agotando su importante periplo.
Y hasta el próximo domingo, con más Jerez y más Whisky.