¿Qué Pasa?

Entre el cielo y la tierra

Entre el cielo y la tierra

Mary Leisy Hernandez

Por: Mary Leisy Hernandez
Marilei@hotmail.com

Tiempo limitado

La Paz. Boliva. El lunes, de 8:00 a 12:00, era mi día, según mi carnet de identidad.Era el único momento libre en toda la semana para salir, para caminar por las calles, ver gente, respirar otro aire. Igual, era el único día que tenía para comprar mis provisiones, para hacer gestiones en los bancos y todo lo que precisara, hasta que fuera de nuevo lunes.

En realidad no era ni medio día, eran unas cuantas horas, las más libres y esperadas de la semana, pero igual, las más agotadoras de mi vida. Cada lunes algo sentía: me picaba la nariz, me ardía la garganta, me dolía la cabeza… hasta que me di cuenta que todo estaba en mi mente y no en mi cuerpo, que si alguna molestia sentía no era por el virus, era el cansancio, las largas caminatas por las empinadas calles de la ciudad donde me sorprendió la pandemia del siglo.

Fueron meses de puro caminar. A veces me faltaba el aire, por los más de 3,000 metros de altitud de esta, la capital más alta del mundo. Yo, que vivo en un cerro, me vi obligada a hacer trampitas, para poder sobrevivir sin morir en el intento: Bajaba con mi carro hasta donde ningún policía me alcanzara con sus multas, para luego emprender un largo camino a pie, hasta encontrar las provisiones que mi cuerpo aguantara cargar, pero igual, que alcanzaran hasta que fuera de nuevo lunes.

Fue un gran alivio cuando la cuarentena se suavizó. Hoy pasan por mi mente todas aquellas escenas de los primeros meses de pandemia, de un pasado muy reciente. Me parece una película lo que viví en la ciudad de La Paz, donde se impuso una de las cuarentenas más estrictas del mundo. marilei@hotmail.com.

Sudelka Garcia

Periodista de El Nacional Digital