La disponibilidad de agua de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) para abastecer al Distrito Nacional y a la provincia de Santo Domingo implicó una reducción de 38 millones de galones durante la semana pasada, con respecto a la anterior, lo que debería activar las alarmas.
A pesar de recientes lluvias, los caudales de los ríos Duey, Nizao, Isa y Ozama se reducen de manera considerable, por lo que esos aguaceros no han tenido impacto de consideración en los acueductos que se nutren de esos afluentes, lo que parece no importar a una mayoría de residentes en el Gran Santo Domingo.
Puede decirse que roza con lo crítico los niveles actuales en los sistemas de abastecimiento de agua para la capital y la provincia de Santo Domingo, un asentamiento de crecimiento vertical, de casi cinco millones de habitantes, donde cada vez es mayor el derroche o desperdicio de agua potable.
El mayor caudal de agua que ingresa al área metropolitana proviene de la presa de Valdesia, en la provincia Peravia, que también abastece a San Cristóbal, lo que ya no alcanza para satisfacer las necesidades de consumo del Gran Santo Domingo, ni aun con otros sistemas conectados a caudales locales o campos de pozos.
La gente, acostumbrada al dispendio, cree que una sequía como la que todavía se sufre en gran parte del territorio nacional, concluiría prontamente con cualquier aguacero o algún ciclón, sin darse cuenta que las fuentes del vital líquido se reducen de forma acelerada a causa del cambio climático.
Pese a esos aguaceros, la presa de Jigüey, que también abastece al acueducto de Santo Domingo, disminuyó su caudal en 0.65 % y Valdesia incrementó en sólo 0.09 %, en tanto que Isa-Mana redujo sus aportes de 18 millones de galones por día a solo once millones y el sistema Duey, de 22 millones a seis millones.
Parece llegado el momento que el Gobierno plantee en firme proyectos alternos para garantizar adecuado flujo de agua al Gran Santo Domingo, como sería el caso de un dique derivador sobre el río Haina o un sistema de abastecimiento por gravedad desde el río Yuna.
Ante el severo y prolongado déficit en disponibilidad de agua que sirve la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) se reitera el reclamo a la ciudadanía para que no desperdicie un líquido esencial para la vida humana, que cada día se torna más escaso.