Al cumplirse hoy 50 años del cobarde asesinato del periodista Gregorio García Castro, avergüenza que todavía se citen cabos sueltos en la investigación para establecer la verdad.

Los autores materiales del atentado a la libertad de expresión y difusión del pensamiento, el teniente José Arias Sánchez y los cabos Milton de la Cruz Lemos y Rafael Pérez Pereyra, vinieron a ser condenados 20 años después en un juicio a la ligera.

Aunque se trató de un crimen orquestado en sectores de poder a la fecha los autores intelectuales son una incógnita. García Castro, quien era jefe de redacción del desaparecido vespertino Última Hora, donde escribía la incisiva columna “En un tris” fue abatido en la calle Mercedes.

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Había recibido una llamada para que moviera su vehículo que estaba en la calle. El crimen es una herida que no cicatrizará hasta que se sepa la verdad.