Aunque se hayan cuestionado su estructura burocrática y sus gastos, la transparencia de los últimos dos procesos electorales ha mejorado considerablemente la imagen de la JCE.
Es la premisa que parte de Latinobarómetro al colocarla como la quinta entidad electoral mejor valorada de América Latina.
Esa auspiciosa valoración es resultado no solo de la organización de los procesos, sino la apertura de su presidente Román Jáquez y demás miembros sobre las decisiones del organismo.
A diferencia de los tiempos en que las medidas se imponían y se respondía más a intereses políticos que institucionales, bajo la gestión de Jáquez las decisiones se discuten con los partidos políticos.
Solo Chile, Uruguay, México y Costa Rica superan a la JCE en la valoración de sus funciones. La buena imagen que se reconoce a la JCE no es solo un halago, sino un desafío.