Opinión

ESTO PIENSO, ESTO CREO

ESTO PIENSO, ESTO CREO

Se dice que en la finalidad se encuentra el principio y el final de las cosas. No puede existir nada que obre sino es para algún fin, porque de lo contrario, es algo sin sentido. Y todo está claro, nada esta oscuro. Nuestros políticos han descubierto que no hay futuro para ellos, sino, un eterno presente, que es precisamente, lo que a ellos les importa, porque su finalidad, es su propio bienestar.

Deuda externa no importa, como tampoco importa como lo disfracen cuando lo cierto es que hasta para hacer unas letrinas, hay que hacerlas con préstamos, porque lo que produce el país no alcanza para ahorrar con la finalidad de satisfacer las necesidades perentorias que demanda el país, en cuanto a seguridad ciudadana, salud y educación, ya que el gran porcentaje de lo producido, se va en el clientelismo político mediante bonos busca votos y subvenciones “evita líos”.

Pero, con hojear un poco la historia, nos damos cuenta de que el problema no es solo particularidad de una clase política, sino, que forma parte de un gran problema cultural, que nació cuando un grupito de personeros políticos, vio la posibilidad de ganarse el dinero rápidamente, mediante la explotación de la gran masa inculta, esa comprable hasta con un vulgar salchichón, hecho muchas veces hasta de carne de burro.

Son masas explotadas y explotables, no solo nativas, sino y muy principalmente, la haitiana. Desde los tiempos de Luperón, Lilis, Báez, etc. y otros tantos sicarios que hemos tenido desde el inicio de nuestra historia y que muchos historiadores, nos los presentan como héroes consagrados, quizás, un poco menos que santos pero, que en el fondo solo piensan y han pensado en los pesos que se pueden ganar, porque no tienen, ni han tenido Patria, su patria es el bolsillo. Como pasa con la inmensa mayoría de nuestros políticos, con nuestra pobre clase rica o empresarial, donde no existe la identidad de pueblo, sino mercurial, porque en verdad, fue de esa manera que fueron forjados desde su inicio.

Y lo grande del caso, es la enorme capacidad de creación de ilusiones y falsías de esta clase política servil e indolente, que nos tiene jodidos las veinticuatro horas del día, lo cual se repite por años y años y este pueblo pendejo prosigue aguantando cual si fuese burro de carga. Ahora quieren distraer la atención para que el dominicano le de vida al pedazo de papel aquel. Quieren 10 millones de ejemplares de la Constitución para que el pueblo la haga “viviente”. Pero, el problema no es que el dominicano lea la constitución como si fuese la Biblia, el problema es que no hay ejemplo a seguir, si los llamados a cumplirla, son los primeros en no observarla, en limpiarse las nalgas con ella y cuando la aplican, solo es para los pendejos.

Hicieron una Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, a imagen y semejanza de los intereses de un grupo de espalderos y la aplicaron solo para unos pendejos, mientras han convertido una ONG, en el refugio de una fuerza paramilitar, compuesta por lacras, indignas de pertenecer a cualquier institución militar, pero, para esos, no hay ni leyes ni Constitución.

Ahora se metieron, quizás asistidos por los mismos intereses, en un proyecto de ley para la Policía Nacional, que entre otras linduras, establecería que; “Las sanciones disciplinarias por faltas graves o la separación de las filas policiales, mediante un decreto, podrán ser recurridas ante la instancia dentro de un plazo de 60 días…”.

Perfecto, lo único malo de esto es, que los creadores, materiales e intelectuales de estas “libertades”, ya no estarán en las posiciones para lamentarse y sufrir por esto, cuando la Policía se vaya a huelga, en “apoyo” a un compañerito y más, si el afectado es un guardaespaldas de algún funcionario. Porque esto no es más que abrir la caja de pandora; es abrir el camino a la insubordinación; la indisciplina dentro de un órgano de por si indisciplinado; es la negación al empleo de la autoridad y el mando; es mandar al carajo las juntas de investigación y la decisión del comando; es mandar al carajo la autoridad Presidencial, es, simplemente, otra más de las que nos tienen acostumbrados estos demagogos politiqueros.

Como el descaro vino para quedarse entre nosotros y volviendo al tema inicial sobre la Constitución, el respeto que se merece, tanto ella como las leyes que se sustentan en la misma, no entiendo, no puedo comprender la razón, causa o fundamento, para que un comité, sea cual sea, tenga que tomar “medidas“ contra supuestas o reales indelicadezas cometidas por uno de sus miembros, cuando es solo a la justicia que le corresponde proceder, al menos, que una y otra cosa, sean lo mismo. Así nomás. ¡Si señor!

Twitter:@rafaelpiloto01

El Nacional

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