Un balance de la política nacional, a raíz de la desaparición de la tiraría trujillista, permite observar errores repetitivos y costosos. La única ventaja de los errores es que de ellos se aprende y facilitan el diseño de estrategias conforme al escenario y las circunstancias del momento.

El mayor error político de Jorge Blanco fue facilitar la vuelta de Joaquín Balaguer en 1986, al designar una inconstitucional comisión de “notables,” encabezada por el cardenal, que suplantó a la Junta Central Electoral. El entonces presidente apostó al regreso de Balaguer, en contra de su compañero Jacobo Majluta, y nunca se pudo reponer del error cometido. Balaguer lo aplastó.

Ese error se repite el 6 de octubre de 2019, cuando en las primarias del PLD, se impide,mediante fraudes de la JCE, la candidatura de Leonel Fernández, que lo obligó a la renuncia y acudió como candidato por la Fuerza del Pueblo, entidad carente de estructura en la geografía nacional. Hubo exceso de confianza de Danilo Medina, al auspiciar a un Gonzalo Castillo que nunca tuvo impacto en el electorado nacional.

La experiencia dominicana indica que loselectores no votan para quedar en tercer lugar. No sorprende, pues, el ínfimo porcentaje alcanzado por Leonel, que sí ha sabido aprovechar al máximo el descrédito del PLD. Sobre todo el impedimento constitucional de Danilo Medinapara aspirar en el 24, así como la persecución judicial y selectiva del Ministerio Público tanto en su contra como de su entorno más íntimo.

Ante un panorama tan desfavorable, las perspectivas electorales del PLD para el 24 son muy pobres. No es que sus precandidatos sean malos ni buenos, es la dañada imagen del partido. Ahí está la razón de la mudanza que se produce de peledeístas hacia la Fuerza del Pueblo. ¿Qué puede hacer Charlie Mariotti para detener la hemorragia? ¿Qué puede hacer Danilo Medina, hombre que ha estado a la defensiva por razones muy obvias?