Un día como hoy hace más de 20 siglos Jesucristo en la última cena con sus discípulos dejó instaurada la Eucaristía.
La Sagrada comunión es el sacramento del cuerpo y la sangre de Cristo mediante el pan y el vino que al ser consagrados se convierten en cuerpo y sangre de Jesús.
Muchos se preguntan si la palabra Eucaristía aparece en la Biblia, y la respuesta es que sí pero no en español.
Dice el Evangelista que Jesús dio gracias.
Pues precisamente ese «dar gracias» en griego es e??a??st?sa? (eucharistesas). De ahí proviene la palabra Eucaristía.
La Semana Santa que es celebrada por el pueblo cristiano, se reflexiona sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo a partir del Domingo de Ramos y que finaliza el Domingo de Pascua.
Hoy Jueves Santo se conmemora La Última Cena, dando Jesús ejemplo de humildad, a pesar de su divinidad, lavó los pies de sus discípulos mostrándoles que venimos a servir y no a ser servidos.
El Viernes Santo con la crucifixión y muerte de Jesucristo a las 3 de la tarde, hora de la Divina Misericordia, Jesús resucita al tercer día venciendo la muerte confirmando así su naturaleza divina, esa que el ángel Gabriel anunciara a Enmanuel, que significa Dios entre nosotros.
Debemos sentirnos agradecidos y dar gracias a Dios que nos creó
El testimonio y mensaje que nos legó Jesucristo con sus obras y prodigios, llena a la humanidad de esperanza y nos enseña que ciertamente somos obra de la creación de un ser superior y excelso, donde el amor es el verdadero camino de la felicidad para una vida plena y feliz.
Hoy debemos sentirnos agradecidos de Dios por darnos la vida y por permitirnos ser testigos de la creacion, cuyas leyes irrefutables y eternas pueden ser reconocidas en la madre naturaleza.
Que esta Semana Mayor nos permita reflexionar y agradecer, ayudar a nuestros semejantes y ser más solidarios y humildes donde la Eucaristía sea alimento vivo de paz y unión de todos los seres humanos.
Que su infinita misericordia continúe intercediendo por nosotros sus hijos sembrando en nuestros corazones su amor incondicional, paz y gracia.
Que la Eucaristía, Sacramento vivo de la sangre y cuerpo de Cristo alimente nuestro espíritu y nuestros corazones hoy, mañana y siempre.