Con los bonos por 40 millones de dólares otorgados por equipos de Grandes Ligas a prospectos dominicanos, el béisbol se afianza no solo como el deporte favorito de los dominicanos, sino como una de las principales escaleras de movilidad o ascenso económico.
Familias saltan de la pobreza a la riqueza gracias a la firma como profesionales de jóvenes con habilidades para desempeñarse en una de las posiciones de la disciplina.
La impronta impuesta por una pléyade de compatriotas como estelares en Grandes Ligas, entre los que destacan en la actualidad Juan Soto, con el mejor contrato de la historia, y Vladimir Guerrero Jr., ha elevado los bonos de los jugadores criollos.
República Dominicana, con varios jugadores que han llegado al Salón de la Fama, es considerada una cantera de jugadores de Grandes Ligas.
Esas condiciones casi naturales que tiene el dominicano para el béisbol, además de la estabilidad económica y social, ha determinado que muchos conjuntos de Grandes Ligas operen academias en este país.
En la actual ronda los prospectos Elián Peña, un paracorto que batea a ambas manos, y el jardinero Cris Rodríguez, recibieron 5 y 3,197,500 millones de dólares por firmar con los Mets de Nueva York y los Tigres de Detroit.
Los jugosos contratos, que han cambiado la suerte de muchas familias, algunas de muy escasos recursos económicos, han convertido las academias en el principal centro para hacer carrera como pelotero profesional.